1. Entregada Belén


    Fecha: 23/04/2023, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Al parecer, una de las amigas se fue pronto y la otra amiga, con la que ella pensaba quedarse a dormir, encontró un ligue esa noche. Había dejado "tirada" a mi novia "de mutuo acuerdo" con muchas copas de más.
    
    La verdad es que nunca la había visto tan bebida. Ella estaba un poco fuera de sí y me sentía un poco avergonzado por su comportamiento, y hasta molesto, al pensar que pasaba en otras noches de amigas, o que habría podido pasar si no estoy yo allí esa noche. Creo que ella lo notó y volvió a dar muestras de ser otra Belén cuando su mano se posó en mi muslo.
    
    -Relaja, papi -y ese papi era el papi sensual que usaba para derretirme o anunciar sexo.
    
    De repente su mano subió hasta mi entrepierna, frotó un par de veces allí y no tardó en sentir que había vida palpitante. ¿Sexo oral en el coche? ¿Y yo conduciendo? Era una fantasía que le había comentado alguna vez pero a la que nunca le había mostrado el mínimo interés. Efectivamente su cabeza fue bajando por mi pecho cual gatita necesitada de roce hasta llegar a mi bragueta. Mordió, y sus manos se abrieron paso con maestría y volvió a morder sobre los bóxer.
    
    Mordió y lamió a través de la tela hasta que se me puso tan dura que podía saborear la puntita que asomaba queriendo escapar. Belén en aquella posición y con aquella lujuria era una fantasía casi cumplida. Yo quería detener el coche en algún lugar oscuro y terminar de cumplirla pero ella insistió en ir a casa y el camino se me hizo largo.
    
    Al llegar a casa ...
    ... tuve que ayudarla con las escaleras, el alcohol empezaba a pasarle factura. La llevé hasta la cama y la dejé caer allí con la desesperanza de que ya no estaba para muchos juegos. Sorprendentemente me atrapó con sus piernas atrayéndome y haciéndome caer sobre ella. Un beso lleno de lujuria, de esos que solo me daba cuando estaba muy muy caliente, me fundió con ella. Me mordió el labio y nuestras lenguas saborearon el pecado puro provocando que mi polla creciera al instante.
    
    Bajé hasta su ombligo con nuevos besos mientras desabrochaba su pantalón. Era un pantalón muy ajustado pero lo saqué con fuerza hasta las rodillas. Sus piernas quedaron arriba atrapadas, sus muslos firmes y suaves se abrían ligeramente quedando todo su sexo expuesto a mí. Su postura era totalmente pornográfica y su precioso tanga estaba húmedo, casi devorado por sus labios vaginales. Lo subí junto con el pantalón.
    
    Su coñito lubricado, enrojecido y caliente pedía guerra. Estaba disfrutando de la perra que llevaba dentro como pocas veces había podido hacerlo. Le di unos pocos lametones recorriendo toda su vagina. Suspiró de placer y su mano buscó instintivamente frotar su clítoris de forma acelerada, sin preámbulos, parecía querer correrse y rápido.
    
    Saqué mi polla totalmente dura y la froté entre sus labios vaginales mojados anunciando una penetración inminente. Ella me miró con la furia y el deseo de "¡hazlo ya!". La contemplé unos segundos y su ano parecía dilatarse y contraerse con fuerza. Aquella ...