1. Mi hermano, mi prima y yo


    Fecha: 24/06/2018, Categorías: Incesto Autor: SEXIBOM, Fuente: CuentoRelatos

    ... entera de nuevo, quiero que me comas tu a mí y quiero que hagamos el amor como nunca lo hayamos hecho!
    
    La onda expansiva de aquella frase se reflejó en la cara de mi prima. Yo alucinaba, ya que es lo que más deseaba en ese momento. La cara de Mónica era un poema y no tardó en decir...
    
    -Que...?... ¿qué vais a hacerlo... los dos juntos...?... ¿cómo va a ser eso...?
    
    Después yo le conté a mi prima que lo hacíamos desde hace un tiempo. A ella se le quedo una cara de sorprendida. No atinaba a decir nada más. Le dijimos que ese sería nuestro secreto y asintió con la cabeza. Entonces, mi hermano le dijo...
    
    -Y no te preocupes Mónica, que luego vas a ir tú... ¿o no quieres...?
    
    Se quedó un poco callada, lo miro y le dijo...
    
    -Pues sí, ya que más da... por supuesto que tienes que hacerlo conmigo
    
    Así que nos juntamos mi hermano y yo en las mantas y...
    
    -Eva, pero que buena estás! - me dijo sin dejar de contemplarme.
    
    Me agarró por la cintura, me apretó contra él chocando mis tetas por debajo de su fornido pecho, su verga en erección golpeó cerca de mi ombligo y en un apasionado abrazo inclinó su cabeza susurrándome al oído un sensual y cariñoso: ¡te deseo! y comenzó a besarme con mucha suavidad. Nuestras lenguas se juntaron acompañando aquel tierno abrazo. Sus manos recorrían mi espalda y yo acariciaba sus duras posaderas. Nuestros ojos se cerraban en un ardiente beso. Su lengua buscaba la mía y yo apretaba su culo con mis manos. Con una mano me acariciaba las ...
    ... tetas con suavidad y con la otra me palpaba una de mis nalgas. Su verga se apretujaba entre nuestros cuerpos. Mi chochito soltaba todos los jugos del placer. El bajó con su lengua por mi cuello, besó y mordisqueó ligeramente mis pezones, chupó mi cintura, mi ombligo mis muslos, bajo por mis rodillas, me giró y siguió por detrás de mis muslos, me separó las piernas y siguió lamiendo mi culo. Yo seguía en pie muriéndome de gusto, mientras me lamía por todas partes. Me giró de nuevo frente a él y metió su lengua entre mis muslos hasta llegar a mi húmedo sexo, cuando sin poderme contener lancé un gritito de placer.
    
    -¡ahhhhh... Juanjeee... que gusto me das!
    
    Él seguía en su labor de chuparme todo el coño con sus labios y lengua, yo le introducía los dedos en su ensortijado cabello negro. Notaba los latidos de mi corazón en mí clítoris, notaba su lengua como se habría entre mis labios vaginales, como si estuviera buscándome todos los rincones del placer, hasta que de pronto sentí en mi interior una ola de calor y gusto que nunca había sentido, produciéndose en mí un monumental orgasmo que deje llevar con gemidos profundos. Se incorporó y nuestras lenguas volvieron a juguetear mientras nos abrazábamos y acariciábamos.
    
    Ahora me tocaba a mí. Fui bajando con mi lengua por su cuello, le mordisqueé en los fornidos hombros, le acaricié los potentes brazos, le chupé las tetillas y con mis manos iba bajando por su espalda, salté sus genitales y seguí besando, chupando y mordiendo sus ...
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