1. Mi hermano, mi prima y yo


    Fecha: 24/06/2018, Categorías: Incesto Autor: SEXIBOM, Fuente: CuentoRelatos

    ... muslos, sus rodillas, sus gemelos, subí por detrás hasta llegar a su culo, lamiendo aquellas sabrosas y duras posaderas.
    
    Me puse de nuevo frente a Juanje a la altura de su aparato, subí la mirada hasta sus ojos, le sonreí y empecé a besuquear aquel nabo enorme. Primero lo hice suavemente jugueteando con mi lengua y dando pequeños golpecitos del glande contra mis suaves labios. Arrastré mi lengua por toda su longitud, recorriendo de arriba a abajo notando sus dilatadas venas, mientras con mis uñas le arañaba por detrás de sus muslos y por su culo. De golpe, me metí aquella verga en la boca. Ahora era él quien acariciaba mi negro cabello, mientras soltaba resoplidos de gusto cerrando los ojos. Yo seguía intentando comerme aquel tronco una y otra vez, adentro y afuera de mis carnosos labios. Mi saliva lubricaba aquel pene, hasta que repentinamente él me tiró del pelo separándome de su sexo, evitando correrse. Yo para entonces ya estaba como una moto y deseaba ser penetrada por aquel potente hombre. Juanje me cogió por la cintura como si yo no pesara nada y con su extremada fuerza, pero con suma delicadeza, me trasladó hasta la mesita de madera que estaba frente al sofá, justo a los pies de nuestra prima. Era alucinante, mi hermano, quería colocarse cerca de ella para que viera bien la operación de cómo me cogía. Para entonces a ella se le veía muy excitada.
    
    Me tumbo boca arriba en aquella reducida mesita, me agarró por los muslos y puso mi chocho al borde de la pieza. ...
    ... Cogió su pene por la base y acercó su punta hasta mi húmeda caverna. Paseo ligeramente arriba y abajo su glande por mi raja, mientras yo me sobaba mis tetas que apuntaban al techo.
    
    - ¡Mmmmmm, métemela, métemela! - gemía yo.
    
    Sabía dar gusto a una mujer, esperando el momento propicio. Sonrió maliciosamente mirando a Mónica. Entonces empecé a sentir un gusto extraordinario. Aquel enorme tronco fue entrando en mi cuerpo de nuevo. Me penetró: un centímetro, dos, tres, cuatro... yo me estremecía... ocho, nueve, diez... aquello no acaba nunca, dieciséis, diecisiete, dieciocho, diecinueve... no sé cuánto medirá porque no lo he hecho todavía pero os juro que es sensacional.
    
    La sentía en mi interior y como mi coñito se adaptaba relamiendo su largura. De repente entró entera dentro de mí, sintiendo sus huevos chocar en mis glúteos. Nunca había sentido tanto placer por todo lo largo de mi cuerpo.
    
    - ¡ahhhhh, uuuuuffff! - gritaba como loca.
    
    Me estaba taladrando las entrañas. En apenas unos segundos, sentí dentro de mí una sensación súper extraña, un placer mayúsculo, un orgasmo que llegó a ponerme la piel de gallina, se apagaba y pronto volvía a calentarme más y más, y así corriéndome una y otra vez, con múltiples orgasmos. Él también soltaba algún gemido, mientras bombeaba suavemente al principio metiendo la punta y apretando al final su gran polla dentro de mi pequeño agujero. Mi chocho se adaptaba difícilmente a su duro y gigante miembro. Se detuvo. Sus músculos se tensaron, ...
«12...6789»