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Paseos - Masaje
Fecha: 24/06/2018, Categorías: Fetichismo Masturbación Autor: Nuruon, Fuente: xHamster
Su nuez de Adán subía y bajaba haciendo un ruido constante mientras el agua se acumulaba en su interior. Bajó la botella mientras suspiraba saciado, y con el puño trataba de sujetar su pecho al eructar. Llevaba caminando ya más de dos horas y el calor era abrasador. Pero merecía la pena. Caminó hasta la sombra donde se sentó en uno de los bancos que recorría el camino. Descansar un rato era lo que necesitaba. Todavía sumido en el placer del descanso momentáneo una mujer apareció por el fondo del camino con paso firme y decidida a batir su propio record. Sus pechos botaban mientras caminaba haciendo que su contenido pareciesen dos deliciosos cuencos de miel que estuvieran a punto de derramarse. Sus pantalones ceñidos dejaban ver sus caderas mientras daban golpes arriba y abajo con cada zancada, con unos glúteos firmes que sujetaban aquella escultura de la naturaleza. Entreabrió los ojos al notar los pasos que se acercaban. Aunque no tardó en cerrarlos de nuevo cuando su imaginación comenzó a tomar las riendas de su mente como si fuera el cochero al mundo de los sueños. La habitación era pequeña. Tenía un sofá en medio que tapaba una alfombra vieja y descolorida por el sol. Una mesita sujetaba los restos de un cuenco lleno de maíz que no había explotado en el júbilo del microondas, esos cuerpos vegetales abandonados a la suerte de la basura. Pequeños destellos de una luz azulada salpicaban la pared mientras un murmullo susurrado por Morpheo flotaba desde una caja negra al ...
... fondo de la estancia. En el sofá una mujer voluptuosa disfrutaba de la sesión palpitante que aquél aparato le brindaba. Un hombre se unió a la fiesta portando cuatro cuencos llenos de agua de lavanda que dispuso por las cuatro esquinas. La esencia comenzó a embriagar a los dos habitantes del lugar con un leve cosquilleo que partía de la nuca y acababa en los dedos de los pies. Se sentó en el suelo junto a ella y bajó sus dedos despacio por sus rodillas… arañando el pantalón mientras alcanzaba los tobillos. Metió su mano por debajo de los pies y ejerció una ligera presión mientras se movía hacia sus dedos. Realizó el camino contrario y al subir apretó con firmeza sus gemelos tratando de liberar el cansancio de un día duro. Luego se centró en ellos un rato mientras se colocaba en una postura cómoda para trabajar los pies. Cogió el pie izquierdo y con los dientes retiró uno de los calcetines, mirándole con una sonrisa pícara mientras la tela se deslizaba suave hasta quedar colgando de la boca. Repitió el proceso con el otro pie. Sus pies desnudos le llenaban las manos mientras los acariciaba suavemente, evitando causarle cosquillas. Cogió los pies de ella y los apoyó en sus rodillas mientras cogía un aceite de olor dulzón de un cuenco que había colocado cerca de él. Dejó caer aceite en sus pies y lo aplicó como si quisiera proteger de los elementos los delicados pies. Sujetó el pie derecho con ambas manos mientras realizaba círculos de presión por la planta del pie con los pulgares. ...