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De cómo me follaron en la oscuridad de las catacumbas
Fecha: 30/04/2023, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Amanda747, Fuente: CuentoRelatos
... los chicos empezar a recorrer mis nalgas. Cruzamos las primeras tres galerías caminando a tientas e interrumpiendo el camino en ocasiones para ser basada primero por uno y luego por el otro. -Tengo frío -les dije en voz muy baja. A lo lejos se oía el eco de voces provenientes de otras galerías. -Ahorita te calentamos -dijeron los chicos rodeándome uno por delante y otro por detrás. Mi short cayó al suelo y yo les saqué el falo a los dos. En total oscuridad me hinque en el suelo lodoso de la galera y me tragué la verga uno y luego la del otro. Mientras se la mañana a uno se la jalaba al otro. Así estuve unos minutos hasta me pusieron de pie, me llevaron a un rincón y allí me rodearon entre los dos dejándome a mi en medio con el falo de Vicente (atrás de mi) entre mis piernas y el falo de Rogelio (ya húmedo) punteándome los labios vaginales deliciosamente. Dios, estar con dos chicos es la gloria, doblemente más intenso que con uno -recuerdo que pensé. Debería ser la regla en la vida, que cada hembra posea dos machos, podemos con eso y con más. Sabíamos que había gente, no mucha, en las galerías de los alrededores porque podíamos escuchar los ecos de las voces ...
... de estudiantes que bromeaban, pero no sabíamos que tan lejos o cerca, por lo que Vicente, Rogelio y yo hacíamos lo que podíamos para hacer lo que estábamos haciendo con el menor ruido posible, pero todo se complicó cuando Vicente me puso frente a la pared de espaldas a él y me la metió, allí ya no pude hacer mucho y ciertos gemidos se me salían involuntariamente. Fue cuando Rogelio se metió en medio de mis brazos con los que me sostenía en el muro y, estando yo encorvada recibiendo las estocadas de Vicente, se puso frente a mi y con sus manos guio mi cabeza para que le comiera el rabo. Gracias a tener la boca ocupada pude callar parcialmente mis gemidos y así continuamos un rato cuando casi al unísono sentí en mi vagina lo caliente de sus mecos y los lechazos en mi garganta. Jadeando los tres como perros recién eyaculados, me fundí en ellos en un tri beso de puro amor. En mi albergaba la leche de los dos mejores amigos. Fue una tarde maravillosa, yo con dos novios paseándome por todo el monasterio mientras uno u otro me iba metiendo mano en las tetas o la concha ante la mirada atónita y envidiosa de las demás chicas que andaban con el novio. Yo esa tarde tuve dos.