1. Mi delicioso primer Anal


    Fecha: 02/05/2023, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sólo podía apretar mi pelvis contra la suya, rocé su entrepierna para sentir su miembro grande y erecto. No me dejó tocarlo por mucho tiempo porque levantó mi blusa para darle unas delicadas lamidas a mis pezones.
    
    Sentir su lengua sobre mis pezones era una sensación tan deliciosa, cada vez me costaba más contener los gemidos, sentía que me correría pronto sin habernos acostado, no quería que fuera así.
    
    Qué ricas … mmm – decía dando lentos lenguetazos.
    
    Espera … – lo detuve al oír unos pasos. Un grupo de chicos pasaba con dirección al bar, entendí que por muy caliente que me sintiera ese no era lugar para follar. Por lo que le sugerí esperarme ahí mismo dentro de media hora para poder ir a un lugar más cómodo.
    
    Regresé al bar para conversar y despedirme rápidamente de mis amigas, tomé mi abrigo y salí con cierto temor a no encontrarlo, pero efectivamente, Fernando me esperaba en el mismo lugar en el fuimos interrumpidos.
    
    Fuimos a su apartamento, que no quedaba lejos del centro. Una vez en su cama, me pidió que me quitara la ropa.
    
    ¿Por qué no me ayudas? – lo invité muy coqueta y cachonda.
    
    Él no esperó y me desvistió toda, antes de que pudiera mover un músculo, ya lo tenía lamiéndome la entrepierna.
    
    MMmff! – ahogué un sonido de puro placer al sentir mover su lengua dentro mío. Me daba los lengüetazos más ricos que pudiera recordar en aquel momento. Su lengua, dura y húmeda, se paseaba por los contornos de mi húmeda rajita. – Awww sí … aaahh.
    
    Me sentía ...
    ... enloquecer, quería correrme pronto, jugó con mi clítoris, le dio delicados y ricos lengüetazos cual campana, mi entrepierna era un río a estas alturas hasta que comenzó a penetrarme con su lengua.
    
    Aahh sii … así así … awww sii ayyy sii – gemía yo idiotizada por el alcohol y el placer, moviendo mis caderas para sentirla más adentro.
    
    Fernando cambió de posición bruscamente, se sentó en la cama para ponerme sobre su pene y dejarme cabalgar cual ninfómana sobre él.
    
    Salté tanto como pude sobre rica verga, que estaba cada vez más que dura y gruesa. Me mordió las tetas haciéndome perder la concentración, y cuando supe ya estaba tumbada en la cama de nuevo.
    
    ¿Podrías darme tu culo, por favor? – Una pregunta algo extraña para mí en aquel momento, pero cómo negarse petición tan amable y prometedora.
    
    No me imaginaba lo que iba a pasar, pensé que desearía lamerme más la raja que tan húmeda y deseosa se encontraba por él, pero grande fue mi sorpresa al sentir su lengua pasar entre mi culo. Tenía las piernas cerradas, y mis nalgas presionaban su lengua, haciendo mucho más rico todos sus movimientos.
    
    Gemí yo sin entender lo que pasaba, sólo dejándome llevar por el placer de sentir como me lamía el culo.
    
    Ven, ponte en 4 – me pidió. – Sí, así… ahh… qué rico … mmm …– repitió lamiéndome de nuevo, esta vez abriendo mis las nalgas para meterme la lengua a su antojo.
    
    Aahhh sii … asii … sii – gritaba yo al sentir sus lengüetazos en el ano, no podía creer el placer que podía ...