1. Purificación. El despecho de una joven adultera


    Fecha: 09/05/2023, Categorías: Bisexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... No… no…, su respuesta fue rotunda, a lo que Puri lo cogió de la mano e incitó a que lo siguiera.
    
    – Está bien señor enojón… vamos a nuestra habitación, la rubia tenía tantas ganas de sentir dentro de ella a su esposo, lo amaba tanto, lo deseaba tanto….
    
    – La verdad cariño es que hoy no tengo ganas… estoy muy cansado.
    
    Esto fue un jarrón de agua fría para Purificación, en los años que llevaban de casados jamás se había negado a cumplir con los deberes de esposo, ni una vez, hasta hoy. Frustrada y algo molesta la rubia volvió a ponerse su bata, y sin dirigir palabra a su marido siguió su camino hacia su habitación, era hora de dormir. Pasaron veinte minutos y Cesar aun no entraba en la habitación, la casada entonces sintió el antojo de un bocadillo, se levantó nuevamente. Escuchó, el sonido del agua de la ducha, señal que Cesar aún seguía bajo el agua, entonces la escultural y joven madre de familia vio la camisa de su marido tirada en el suelo de la sala, ese era una de las actitudes que menos le gustaban de Cesar, acostumbraba a dejar todo desorganizado. La rubia cogió la camisa con la intención de llevarla al cesto de la ropa sucia cuando se percató de un olor extraño, instintivamente acercó su nariz para percibirlo mejor, era perfume, pero no del que usaba Cesar. Era perfume de mujer y no era del que usaba ella precisamente, la esencia era inconfundible.
    
    Los pensamientos inundaron rápidamente la mente de nuestra protagonista, comenzó a atar cabos ¿Por qué Cesar ...
    ... no quiso hacer el amor?, ¿Por qué llego tan tarde? ¿Por qué dio una excusa tan tonta? ¿Estaba cansado? Él siempre había sido un tipo muy activo, no era común en el usar esa excusa. Y como todos sabemos 1 + 1 son 2, y Puri llegó a la conclusión que cualquier mujer enamorada hubiese llegado, Cesar estaba viendo a otra. Inmediatamente desechó esto, no estaba hablando de cualquier hombre, estaba hablando de Cesar Guillen el hombre que más la amaba en el mundo, seguramente eran coincidencias, su marido no podía engañarla. ¡¡Por Dios Puri…!! ¿Qué tonterías estás pensando? Se dijo así misma y con su sensual andar de caderas fue a dejar la camisa en el cesto de la ropa sucia para posteriormente ir a la cocina y prepararse un refrigerio.
    
    Al siguiente día, muy apresurada comenzó buscando en su ropa, pantalón por pantalón, camisa por camisa, nada, después siguieron los cajones, revisó absolutamente todos desde los de su cuarto a lo de la habitación de Jacobo, igualmente nada. Por una parte eso la tranquilizaba, al no hallar prueba de sus sospechas, pero por otro lado era más inquietante sabía que algo escondía, y el no saber que la ponía de nervios. Pensó en revisar su móvil (el de Cesar), pero claro lo había llevado consigo, se le agotaban las ideas a la despampanante rubia, y como caída del cielo le llegó un pensamiento… su correo electrónico. Purificación nunca contó a Cesar que sabía su contraseña, a fin de cuentas quien pondría el nombre de su madre como tal, alguien como Cesar. ...
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