1. Purificación. El despecho de una joven adultera


    Fecha: 09/05/2023, Categorías: Bisexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... hotel… A Puri no le gustaba llamarlo Enrique, sabía de antemano que muchas personas en la empresa creían que ellos (Puri y el señor Martínez) eran algo más que Jefe y secretaria, cosa que era totalmente falsa. Solo lo veía como su jefe, al cual respetaba, pero notaba como la observaba con esa mirada lasciva que le lanzaba cada vez que entraba. Esa era la razón por la que no le gustaba llamarlo por su nombre, no quería acrecentar los rumores, pero en privado podía hacerlo, a fin de cuentas nadie se enteraba y si eso hacía feliz a su jefe pues estaba bien para ella.
    
    – No hay problema Puri… solo recuerde soy Enrique… es más usted puede llamarme como quiera, se aventuró el señor Martínez.
    
    – Como quiera suena muy feo… creo que le llamare Enrique…, rió Puri con su sonrisa coqueta, su jefe también lo hacía. El señor Martínez comenzó a dictarle una serie de órdenes que esperaba se cumplieran en brevedad. Eso es todo Puri… puedes retirarte…, ordenó el señor Martínez no separando su mirada ni un milímetro de la escultural figura de la rubia.
    
    Bien Enrique…, la rubia se levantó de su asiento y se dirigió a la puerta, cuando iba a abrirla su jefe volvió a llamarla. – Espera…, tengo algo más que decirte…. La voz del señor Martínez sonaba indecisa. Purificación regresó y tomó asiento nuevamente.
    
    – Dígame…
    
    – ¿Sabes acerca de los rumores que dicen que tú y yo somos algo más…? Preguntó el jefe.
    
    Esto tomó por sorpresa a la rubia, hasta ahora nunca había sido necesario ...
    ... tratar ese tema, tratando de aparentar la mayor calma que pudo respondió, – Si… los he escuchado… El señor Martínez se alejó de su escritorio y lentamente se ubicó por detrás de la rubia, rodeándola.
    
    – No sé cómo decir esto…, claramente se notaba el nerviosismo en el señor Martínez, sudaba en demasía e incluso tartamudeaba. La rubia intuía que nada bueno podía salir de esta conversación, sus instintos femeninos se lo advertían. – ¿Qué te parece si hacemos realidad los chismes? Dijo el jefe a la vez que colocaba sus manos en los hombros de Puri
    
    – ¿A… que se refiere? Preguntó la inocente rubia quien no le quedaba muy claro de que hablaba.
    
    – Mira… te lo pondré así… tu eres una mujer muy hermosa y yo soy un hombre muy solitario…, las manos del jefe comenzaron a masajear sus hombros. Esta actitud asusto a la casada, quien como un rayo se levantó y tomó su distancia. – Tranquila… tranquila… tomate tú tiempo ¿Qué dices si nos divertimos juntos…?
    
    Purificación no tuvo ni que pensarlo, la respuesta brotó sola de sus labios. – ¡¡Noo…!! Su respuesta fue tajante y contundente, al parecer al señor Martínez no esperaba eso, su rostro que hasta el momento consistía en una sonrisa maliciosa cambió drásticamente, sus facciones se tensaron, su cuerpo se irguió, estaba indignado. Puri no estaba dispuesta a ponerle los cuernos de nuevo a su marido, por nada del mundo, ni siquiera por conservar el puesto de trabajo que tanta necesidad tenía de mantener…
    
    – Creo que no sabes lo que estás ...
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