1. Ventana


    Fecha: 10/05/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: SebastianYLN, Fuente: CuentoRelatos

    ... que no iría hasta donde ella, pero ya estaba demasiado inquieto como para sentarme. Ella caminó hasta donde estaba su cartera y de allí sacó el vibrador que la había regalado para su cumpleaños. Mirándome fijamente me indicó que por fin la vería usándolo en persona. No sabía si resistiría, pero la deje continuar. Ella comenzó frotándose sus pezones hasta que quedaron completamente duros. Comenzó a frotar su juguete contra su clítoris y se recostó de la ventana enseñándole sus nalgas a todo Manhattan. Su contoneo reflejó el efecto de su juguete. Como era de doble acción pudo jugar tanto con su clítoris como con su punto G. Sus gemidos inundaron aquella sala. Yo no aguante y comencé a frotarme. Cuando ella lo noto me recordó nuevamente que no podía hacer nada solo mirar.
    
    Ella siguió, pero esta vez dándome la espalda. Veía como ella introducía el vibrador, pero este con su otra punta seguía estimulado su clítoris. Yo no aguante más y me fui hacia ella. La abracé por la cintura y besé su cuello. Ella puso un poco de resistencia, pero cedió a mis besos en el cuello rápidamente. Le mordí la nuca y jugué con sus tetas mientras ella seguía con su juguete yo pegaba mi erección a sus nalgas y me movía para que la sintiera.
    
    Me arrodillé frente a sus nalgas y se las besé. Mientras le apretaba las nalgas veía a pulgadas de mi cara como ella se penetraba con su juguete. Sin interrumpir ...
    ... su tarea abrí sus nalgas y metí mi boca entre ellas. Ella al sentir mi lengua caliente entre sus nalgas soltó su juguete y puso sus manos contra el cristal de la ventana. Yo aguanté el juguete y seguí con los movimientos que esta llevaba. Así ella con las tetas a la vista de aquella ciudad recibía placer a tres puntos. Pude sincronizar los movimientos de mi lengua con los de mi mano. Sus gemidos se habían tornado en gritos de placer. No duro mucho cuando sentí mi mano encharcada por los jugos causados por su intensa venida. Temblorosa y con respiración profunda descanso varios segundos contra el cristal. La interrumpí cuando puse mi mano sobre su cadera mientras con la otra me quitaba la ropa. Una vez desnudo volví a abrir sus piernas he introduje mi erecto miembro. Ella comenzó a gemir al instante. La agarré fuertemente por las caderas y comencé con movimiento lento. No tarde en aumentar intensidad. El sonido de sus nalgas siendo golpeadas por mi cuerpo igualo sus gemidos. El cristal empañado por su respiración reflejaba como dos cuerpos le demostraban a la ciudad que nunca duerme cuanto deseo se tenían. Seguí mi movimiento hasta que sentí que explotaba. Saque mi miembro y deje caer mi venida en sus nalgas.
    
    Cuando recuperamos el foco notamos que varios de los edificios cercanos tenían personas mirando. Sin querer ella le dio el espectáculo a más de una persona aquella noche. 
«12»