1. Esta vez no


    Fecha: 12/05/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Era mi cumpleaños número 28, no me gustaban los cumpleaños y este año en especial sentía que no tenia nada que festejar. Estaba desempleada, había tenido que volver a vivir con mi mamá a causa de la muerte de mi papá y descubrí que mi ahora ex novia me engaño, así que no, no tenía nada que quisiera celebrar.
    
    Sin embargo, mi mejor amiga Renata me convenció de acompañarle a la inauguración de un nuevo restaurante en el centro de la ciudad, prometió que no habría un pastel con una vela que soplar ni una canción que nadie quiere cantar, de modo que accedí.
    
    Quedamos en que pasaría por ella a las 8 de la noche, eran las 7:30 y yo seguía acostada en el sillón de la sala viendo tik toks, esa aplicación me resultaba útil para perder el tiempo. En medio de eso, recibí un whatsapp de Renata.
    
    - “espero que ya estés en camino, ponte guapa 😊”
    
    - “no tengo intención de cambiarme de ropa, te veo a las 8”
    
    Subí a mi habitación y tome una chaqueta, me mire en el espejo, no estaba mal para ir a un restaurante, usaba jeans, una blusa blanca y mi chaqueta de cuero, casual, tampoco es que se trataba de un evento formal, acomode mi cabello, tome las llaves del auto, mi billetera y salí.
    
    Encendí el auto, sonaba una de mis canciones favoritas (Girls go wild de Lp), subí el volumen y puse el auto en marcha, no me gusta conducir, pero es necesario así que lo hago, 20 minutos después ya estaba en la casa de Renata, le envié otro mensaje.
    
    - “estoy afuera”
    
    Note que tenia varios ...
    ... mensajes sin leer, la mayoría de amigos y ex compañeros de trabajo, uno de mi ex novia deseándome un buen día, no lo abrí, solo lo elimine. Abrí Instagram para entretenerme mientras esperaba, unos instantes después Renata abrió la puerta del copiloto y se lanzo a abrazarme. Mi amiga es una persona muy afectuosa, la adoro, verle cambia y mejora mi estado de ánimo.
    
    - En marcha, vamoooooos. (cambio la música por pop y empezó a cantar y bailar al ritmo de la canción)
    
    Yo solo le sonreí y me dirigí a la dirección que me había dado el día que me convenció de ir con ella. Llegamos y entramos al lugar, era bonito, se veía acogedor e íntimo. Nos sentamos en la mesa que había reservado. El menú era digital así que mientras lo revisábamos nos colocaron dos copas de vino tinto cortesía de la casa. Ordenamos dos hamburguesas y nos pusimos a conversar mientras esperábamos.
    
    Renata estaba saliendo con un chico, Santiago Ortiz, se conocieron en la facultad de gastronomía de la universidad cuando ella tomo un curso de comida saludable para adultos mayores. Renata se especializaba en nutrición y entrenamiento deportivo. Era su pasión y la verdad le iba bastante bien.
    
    Santiago había terminado su maestría hace unos meses y por lo que sabia de Renata en uno de sus viajes profesionales conoció a un inversionista interesado en su modelo de negocio y en crear una cadena de restaurantes, el restaurante en el que estábamos era uno de ellos y le pertenecía a Santiago, ya empezaba a entender ...
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