1. Quieres problemas?


    Fecha: 24/06/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... preocuparse por estar ahí, plenamente convencida que lo único que faltaba por hacer era dejar que el reloj corriera.
    
    -¿Por qué me haces esto? - Le pregunté sin pretensiones de juez.
    
    -Mereces vivir mejor.
    
    -¿A esto le llamas mejor?, ¿Te parece mejor esta mazmorra que mi casa? Créeme, estás loca y te quiero fuera de mi vida.
    
    No imaginé que empezara a llorar con tanto dolor. Su cuerpito frágil parecía más quebradizo que nunca.
    
    -Mira, esto me hace sentir muy mal. No quise herirte, pero, desde que te conocí he tenido únicamente problemas. Yo vivía muy feliz...
    
    -Vivías muy estable, únicamente muy estable.
    
    -Di lo que quieras, pero esto no es lo que quiero.
    
    -Si tu felicidad estuviera en tus manos ya la hubieras obtenido. ¿Es tan malo que te ame?
    
    ¡Vaya plática de calabozo! Me sentía muy conmovido por aquella chica. Su error era generar fricción en mi vida, pero ¿Y si tenía razón?, tal vez mi vida caminaba demasiado tranquilamente, posiblemente en un año me case con Brenda, si es que me perdona esta "segunda ofensa", tengamos dos hijos tal vez, vendamos el Mustang y compremos una vagoneta más familiar, criemos a algún perro muy casero, con suerte y hasta compremos un canario, o me empiecen a gustar las novelas, y así. Hice a un lado toda mi aversión y le dije que nada sabía de su vida, que ella se metía deliberadamente en mi vida, que ahora me decía que me amaba y sin embargo seguía siendo una extraña. Iba ella a empezar a hablar, pero vinieron unos ...
    ... guardias y se la llevaron sólo a ella. "Después te cuento", fue lo último que dijo. A mí me sacaron después.
    
    Volví a mi casa y la sentí incompleta. Brenda no me contestó al teléfono. Dormí teniendo muchas pesadillas, en ellas hacían el amor Brenda y Pandora, para esto Pandora resultaba tener un pene monstruoso con el cual barrenaba el culo de Brenda, quien gritaba en forma angustiosa pero sumisa. Teniéndola así, en cuatro patas, la embestía duramente y en cada arribo se escuchaba un grito. Brenda, cegada por la posesión carnal inclinaba su cuerpo hasta las colchas, mismas que mordía con rabia, mientras Pandora aprovechaba esta ceguera para sacar una navaja afilada, y en el lienzo que era la espalda blanquísima y perfecta de Brenda, teñía a punta de heridas un retrato que no era otra cosa que mi rostro riendo.
    
    Al día siguiente tiré a la basura el costoso rollo. Luego lo saqué del cesto de basura, sin saber por qué lo llevé a revelar. El revelado me salió más costoso de lo que esperaba, pues las imágenes no eran del todo publicables, sino del tipo obsceno. Las pagué. Mi sorpresa fue grande debido a varias cuestiones. Cabe decir que el sitio donde revelé las fotos queda enfrente de la catedral, también hay que prestar atención a que el calor en la ciudad era ese día sofocante. Ambos elementos justificaron que me metiera a la catedral, que si bien no tiene aire acondicionado, sus muros son tan gruesos, sus ventanales y techos tan altos, que en las bancas del templo se siente un ...
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