1. Echar leche después del amante


    Fecha: 14/05/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Ber, Fuente: CuentoRelatos

    Le sucedió a un amigo con su esposa Stella, mujer puta, bonita y tetona. Contada con las palabras del cornudo:
    
    Esta historia es de Cornelio (no es su nombre, pero le queda bien), un amigo de mi infancia, quien me la contó en una borrachera que nos pusimos en mi casa y de la que él fue el último en retirarse. Cuando sólo estábamos él y yo le pregunté por qué se había divorciado de Estella. En nuestro estado de embriaguez, no tuvo empacho en contarme la razón: “Porque era muy puta, pero me gustaba así, lo que no me gustaba es que ella no era reservada y los demás se daban cuenta que lo era, lo cual nos fastidiaba la vida con los parientes” dijo y me contó varias de las aventuras de su mujer. En efecto, todos nos dábamos cuenta que era muy puta, incluso a mí me presionó varias veces con su pecho, que, junto con la cara, era de una gran belleza y muy tentador; y tentable, por muchos, según mi cornudo amigo, quien además gozaba que su esposa le diera esplendor a su ornamenta. Va una aventura, contada en primera persona por él.
    
    Hace años, cuando celebrábamos en casa el bautizo de mi hija menor, acudió entre los invitados el primo de una prima de mi esposa, quien la acompañó. Yo ya lo conocía, entre otras cosas porque él le había hecho la corte a mi mujer cuando ella era mi novia. Después de mi primer hijo, ya casada, ella lo aceptó para tener eventuales encuentros sexuales de los cuales me fui dando cuenta poco a poco y ante los múltiples indicios, entre los que se ...
    ... encontraban escasas llamadas, pero periódicas, señaladas en el recibo telefónico, a la ciudad donde vivía este sujeto y mis suegros, así como otras cosas más que se acumularon.
    
    Me encontraba yo agachado en una zona adjunta a la nevera buscando unas botellas en mi pequeña cava. En esa posición no era fácil que alguien pudiera verme y entró mi mujer a la cocina a tomar unas charolas con algunos bocadillos ya preparados, pero unos segundos después entró el sujeto que se la cogía (a quien aquí llamaré Carlos), poniéndose al otro lado de la barra.
    
    –¡Te ves hermosa, mi amor!, me tienes con la verga bien parada sólo de verte –le dijo en voz baja, aunque pude oírlo y me quedé inmóvil para no delatarme, pero mi pene empezó a endurecerse, señal de que me gustaban los cuernos.
    
    –Pobrecito. Yo también tengo ganas, caliente. En diez minutos exactamente subes a mi recámara, la única puerta de la pared del fondo, y me esperas ahí para bajarte la hinchazón… –le dijo ella compadeciéndolo. Tomó las charolas, dándole una a su amante para que le ayudara en la repartición, y salieron.
    
    ¡Me quedé encabronado! También estaba muy caliente por lo que escuché. Sin pensarlo más, decidí ver la función completa. A lo lejos vi que estaban ocupados ofreciendo los bocadillos y me colé a mi recámara. Corriendo parte de la ropa, me hice espacio en el closet para meterme, dejé una pequeña rendija en la puerta corrediza desde donde veía muy bien. Me quité mi ropa y desnudo esperé. Escuché que abrieron la puerta ...
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