1. Echar leche después del amante


    Fecha: 14/05/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Ber, Fuente: CuentoRelatos

    ... de la recámara y luego la cerraban con sigilo. Carlos husmeo un poco, cerró bien las cortinas y cuando se acercó al closet y no hizo más porque llegó Stella, quien le puso seguro a la puerta. Se abrazaron y besaron apasionadamente.
    
    –Creí que ya estarías desnudo –le dijo ella separándose para levantarse la falda y bajarse las panties –. No tenemos tiempo, sólo es para que no andes enseñando la erección del pene por todos lados –concluyó y el amante se bajó los pantalones.
    
    Al ver el pene babeante, ella lo abrazó y tomándole el miembro a su amante se lo dirigió a la vagina. Se ensartó y colgada del cuello de Carlos lo abrazó con las piernas por la cintura. Él la sostuvo de las nalgas y se movieron hasta venirse. Yo, desde mi lugar, viendo aquello me acariciaba el miembro con la mano derecha y me jalaba el escroto con la otra, todo lentamente, sin hacer ruido y conteniendo la respiración.
    
    –Vamos abajo –dijo ella subiéndose el calzón
    
    –Aún no –le contestó desabrochándole la blusa; le levantó de golpe el brasier y se puso a mamarla, mientras le bajaba otra vez las pantaletas.
    
    Mi esposa, lo abrazó y cayeron en la cama. Le volvió a meter la verga y se volvieron a venir. Yo no aguantaba las ganas de hacerme una chaqueta en forma y estaba con la verga escurriendo presemen en abundancia.
    
    –Ahora sí, amorcito, ya vete, ahorita que me reponga bajo –le exigió empujándolo.
    
    A Carlos, todo desmadejado, no le quedó otra que obedecer. Se puso de pie y pude ver los vellos ...
    ... revueltos de mi puta esposa, con las chiches de fuera y el calzón en las pantorrillas. El amante, al agacharse para subirse los pantalones le besó el triángulo en el pelambre que brillaba por el semen y los jugos que salieron. Quise gritar ante el antojo que me provocaba esa vista y sólo me jalé mucho el escroto hacia arriba para no hacerlo y dejé salir un leve suspiro que afortunadamente no fue escuchado. Mi esposa se sentó y le dijo “Salte” volviéndolo a empujar. Pensé que Carlos se caería al perder el equilibrio por el letargo que se siente al estar tan venido y no poder disfrutar de paz. Afortunadamente ya tenía los pantalones arriba y pudo mover una pierna para no caerse. Se abrochó el cinturón y salió.
    
    Apenas cerró la puerta, mi esposa se volvió a recostar quedando en la posición que casi me había delatado. Me la jalé dejando escuchar los chasquidos de mi prepucio, lo que alarmó a mujer. Corrí la puerta del closet, ante su asombro, ella se puso de pie. La empujé otra vez a la cama y le puse seguro a la puerta de la recámara.
    
    –¡Quédate así, puta, ahora sigo yo! –le dije hincándome para mamarle la panocha y extendí mis manos para jalarle y amasarle las tetas que tenían los pezones muy erectos par las mamadas que Carlos le había dado. Ella simplemente se dejó hacer… Abrevé de sus jugos y el amor que le dio su amante. Nunca antes la mezcla me había sabido tan rico como ahora.
    
    Me puse de pie, le enseñé mi palo más enorme que otras veces pensando para mis adentros “Ahora ...