Esclava Calva
Fecha: 23/05/2023,
Categorías:
Fetichismo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
No sabía en que categoría poner este relato, ya que contiene Dominación y Fetichismo del Cabello, espero que les guste.
A ella le encantaba jugar con su belleza, sabía que podía conseguir a quien quisiera, con esa figura esbelta y esa cabellera de color castaño, ni hablar de sus poderes de seducción para atraer a cualquier persona, ya sea mujer u hombre, todos caían rendidos a sus pies.
Por eso se empezó a aburrir, quería sentirse dominada, usada, así fue como conoció a un amo en internet, aunque en el fondo lo veía como un juego, sin embargo pronto se daría cuenta que él no estaba jugando.
Ella le desobedecía cada orden, pensaba que él iba a caer y podría usarlo a su antojo, pero le daba mucho morbo seguir y hacerle pensar que el controlaba la situación.
-Monserrat, ya van varias veces que me desobedeces, no estas tomando en serio esto, si ya no quieres seguir las puertas están abiertas.
-Perdón amo, ya obedeceré sus órdenes.
-Las palabras no bastan, sabes que cada acción tiene su consecuencia, si quieres continuar necesito que tu sumisión sea total y aceptes cualquier castigo.
Claro que ella no quería perder su último juego, era tan divertido todo esto, y aceptó sin dudarlo, ¿Total que podría hacerle? ¿Unas nalgadas y ya? ¿Ponerle unas pinzas en los pezones?
-Si amo, aceptaré lo que me imponga.
-Bueno siéntate aquí, no quiero escuchar ninguna palabra tuya.
Ella se sentó en una silla, él la amarro de las manos y los tobillos, le empezó a cortar ...
... la ropa con unas tijeras para humillarla más. Dejó expuestos sus pechos y le colocó unas pinzas en sus pezones, también dejó expuesto su coño, donde le dejó un vibrador, para distraerla de sus verdaderas intenciones.
Empezó a preparar sus instrumentos en un ángulo en el que ella no podía ver, ya tenía maquinilla, navaja, tijeras, espuma, y un pequeño espejo para mostrarle al final.
-Ahora sí Monserrat, estoy cansado de ver como te acercas a otros hombres, como te ven y tu le sigues el juego, mientras a mi me dices que eres mía, que todo tu cuerpo me pertenece, que haga de él lo que quiera, ambos sabemos que eres una coqueta y no vas a cambiar, pero no te preocupes yo te voy a ayudar.
Monserrat, no sabía a qué se refería, ¿Que iba hacer? Aunque por otro lado se estaba excitando debido al vibrador, solo quería que la cogiera y ya.
Él le hizo dos coletas, lo cual se le hizo raro a Monse, pero no preguntó nada, ya que él le dijo que no dijera ni una sola palabra y al parecer si estaba enojado.
Hasta que dio el primer tijeretazo y corto una coleta, Monserrat tomó conciencia de lo que le estaba haciendo.
-No, Sebastian, no me hagas esto, liberame ya no quiero jugar.
-Lo siento perrita, te has portado mal, sabías a lo que te metías, ahora cállate, te dije que no hablaras, pero se ve que nunca obedeces.
Fue por una cinta para ponérsela en la boca, ella estaba asustada pero la suerte estaba echada, así atada y vulnerable estaba a su merced, ojala que no se lo ...