Mi amiga haitiana
Fecha: 23/05/2023,
Categorías:
Sexo Interracial
Autor: rikardo, Fuente: CuentoRelatos
Fue una mañana cualquiera de invierno me dirigía a mi trabajo, el frio calaba los huesos y una llovizna mojaba las calles intensamente como suele suceder en el sur de Chile, de pronto en un paradero divisé a una mujer haitiana, era joven y en sus brazos tenía una pequeña niña envuelta en muchas frazadas, con mucho esfuerzo se podía apreciar, no lo pensé dos veces y le ofrecí llevarla. Me dijo en un español a media lengua que se llamaba Viland y que se dirigía a una guardería infantil donde deja a su pequeña para poder trabajar, la llevé hasta esa guardería infantil y la dejé en la puerta, me sentí feliz de poder ayudarla, fue una acción de buen samaritano, pero no puedo negar que cuando se bajó no pude dejar de mirar su tremendo culo, típico de las mujeres de su país.
Así pasaron los días, trataba de ser puntual para encontrarla en el paradero, la llevaba todas las mañanas con su niña, me conto que su marido trabaja fuera de la ciudad en el campo, en la recolección de frutas y está fuera de casa de domingo a viernes, solo pasa en casa el fin de semana y ella debe batallar con todo para salir adelante, ahí fue cuando el lado malo de mi conciencie me hablo al oído. De a poco fuimos siendo amigos, ella dejaba a su niña en la guardería yo la esperaba y luego la dejaba en su trabajo hasta que un día la suerte estaba de mi lado y me dijo que los dueños del almacén llegarían más tarde y que ella debería abril y poner en marcha el negocio, yo nuevamente como buen samaritano me ...
... ofrecí a ayudarla para abrir las cortinas y rejas del almacén y poner todo en marcha.
Ese día Viland vestía un buzo tipo deportivo, tipo militar, pero era blanco con manchas negras que resaltaba la magnitud de su enorme culo amazónico, era un culo carnoso, selvático, esculpido a mano, típico de las mujeres de su raza, para arriba usaba un chaleco ajustado que marcaba sus ancas de yegua negra y sostenía un par de tetas que eran unos verdaderos melones. Pasaba de aquí para allá y yo no podía dejar de mirar el bamboleo de su culo y de sus tetas, ella se dio cuanta y se puso nerviosa, pero era evidente que le gustaba por como movía sus caderas y como me sonreía.
Entro a una bodega del negocio y yo tras ella, no tenía escapatoria. Me pare detrás de ella y la abrace, se quedó quieta, acariciaba sus brazos, su hombros, baje llegando a su cintura y comencé a subir hacia sus tetas lentamente, Viland comenzó a respirar agitada, hasta que llegue a sus tetas y las tome con ambas manos, comenzó a exhalar por su boca agitadamente, se las apretaba, se las estrujaba y le puse el paquete en la mitad de su culo, la tenia de las tetas y la estaba punteando, ella comenzó a mover el culo, completamente ensartada comencé a bajar mi mano hasta su concha por delante y mi sorpresa fue mayúscula al palpar el grosor de sus labios vaginales y el porte de esa caverna, tenía una concha gorda y grande, era un sueño hecho realidad.
Ella se dio vuelta y comenzamos a besarnos salvajemente, nuestras ...