1. Mi amiga haitiana


    Fecha: 23/05/2023, Categorías: Sexo Interracial Autor: rikardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... lenguas se trenzaron con pasión y deseo. Comencé a bajar su buzo deportivo hasta dejárselos arriscados en el suelo, baje y la ayude a sacar sus pies, puede observar de frente su concha, la tenía depilada cubierta con pequeños pelitos crespitos, me enderece y tome sus manos, las puse en mi paquete para que me sintiera el pico y se lo pueda imaginar.
    
    Comenzó a desabrocharme el cinturón a bajarme el cierre y cuando lo logro sacar se lo quedo mirando fijamente, quizá el color de mi tronco o la forma de la cabeza, pero quedo como perpleja, lo comenzó a acariciar, apreté su mano en el contorno de mi pico y me masturbe con su mano, Viland solo miraba imaginando que en breve seria mía, que ya no había marcha atrás. Luego introduje un dedo en su concha palpando que ya estaba lista, la tenía hirviendo.
    
    La tomé de la mano y me senté en una silla de la bodega, ella se horcajo sobre mí, se apuntalo la cabeza con sus manos y se sentó con fuerza, entro como mantequilla hasta los cocos, pude ver como su cara se desfiguro, sus ojos blancos y su boca abierta, de pronto comenzó a mover en círculos sus caderas lentamente, lo estaba disfrutando, se detenía y apretaba su concha, lo hacía con fuerza parece que tenía dientes, luego retomaba con sus movimientos que fueron incrementando en intensidad y velocidad, yo me perdí en sus tetas, sus pezones eran negros y su aureola morada, chupaba sus pezones, los lengüeteaba, les daba pequeños mordiscos y ella se fue transformando en una bestia ...
    ... salvaje, sentí que me venía el punto de no retorno e iba a eyacular así que me concentré, apreté y trate de controlar mi respiración, logre aguantar y tranquilizarme pero ahí saque el corazón de chileno y la agarre del culo, la presione contra mi pico con toda mi fuerza, la tenía ensartada hasta los cocos y ella comenzó a hacer un movimiento como un tiritón rápido, estaba a punto, le solté los cachetes y comencé a darle fuertes palmazos, a darle nalgadas, eso la hizo perder la razón, se aqueo fuertemente y comenzó a tener espasmos producto de su orgasmo, se detuvo quedando paralizada para luego desvanecerse sobre mi pecho, así la deje un buen rato haciéndole cariño en su pelo y cara.
    
    Cuando ya se pudo incorporar le pedí que se levantara y fuimos hasta el mesón del almacén, apoyo sus manos en el borde y me dejo el culo parado como su ofrenda, me puse por detrás y comencé a acariciarlo, eran unas verdaderas ancas de yegua, redondas, firmas, un azote, otro, ella resistía sumisamente, comencé a acariciar su concha, para mi delirio era enorme y de un color rojo intenso, con pequeños pelitos crespos, el anillo de su ano era de un color morado, se lo acaricie, luego comencé a restregar mi glande desde el ano hasta a la entrada de su concha, le daba golpes con mi tronco para que lo sintiera, para que sintiera la firmeza del tronco mientras le susurraba que ahora era mi puta.
    
    Apunté a la entrada de su concha, la tome firme de las caderas y comencé a culeármela como a una yegua, la ...