1. El Técnico


    Fecha: 25/06/2018, Categorías: Dominación / BDSM Gays Hardcore, Autor: AmoSevero2007, Fuente: xHamster

    ... cepillo, túmbate sobre mis rodillas bocabajo. Con su peso y teniendo las manos sujetas a la nuca, no fue tarea fácil acomodarlo para azotar sus nalgas. La cabeza casi en el suelo, su polla y huevos colgando entre mis piernas y el culo bien en pompa. Usando las dos manos masajeé a conciencia esas hermosas nalgas. Al separar sus glúteos vi como le palpitaba el esfínter pidiendo guerra, no le hice ni caso y descargue el primer golpe de cepillo. Fue un golpe duro, intenso, sin duda doloroso. Su cuerpo se estremeció, pero de su boca no salió ningún sonido. Continué dando golpes, uno tras otro. Mi polla salía de su letargo y empezaba a rivalizar con el peso de su tripa, de la suya no dejaba de brotar líquido preseminal que ya chorreaba por mi pierna. Su blanquecino culo empezaba a tornarse de un rojo intenso. Otro golpe y un levísimo quejido se le escapó. • ¿Estás bien? ¿sigo? • Siga, por favor, todo está bien. Estaba claro que podía darle otra serie de azotes, pero mis piernas estaban ya agarrotadas de aguantar su peso. • Voy a soltarte las manos para que te puedas incorporar, se me están durmiendo las piernas. Y fíjate como me tienes la pierna. Efectivamente mi pierna izquierda estaba totalmente mojada de precum, desde la rodilla hasta el tobillo por la parte interna y un pequeño charquito se había formado entre mis pies. Al darse cuenta se tiró de bruces y a cuatro patas empezó a lamer el charco del suelo hasta dejarlo seco. Después se acercó un poco más y comenzó a retirar ...
    ... con su lengua todo el preseminal que había en mi pierna. Fue bajando desde la rodilla hasta el tobillo; siguió con el pie, el empeine, los dedos. Con sutileza levantó mi pie y siguió lamiendo la planta del pie y fue metiéndose los dedos en la boca relamiéndolos uno por uno, hasta que consiguió acomodar los cinco dentro de la boca. Le ofrecí el otro y el diligentemente le hizo el mismo tratamiento. Descanse un pie sobre su hombro. Mientras chupaba el otro se fue aproximando a mí, cuando estaba muy cerca de mi polla, me miró con cara de niño travieso. Le leí el pensamiento y cuando abría su boca para lanzar un ataque y engullir toda mi polla, le detuve en seco. • Ni se te ocurra. Además, ¿por qué me has lamido los pies? • Pensé que le gustaría. • Y me ha gustado, pero ni te lo había ordenado ni te he dado permiso para hacerlo. Reconoce que lo has hecho por que te apetecía. • En cierta manera así es, pero había que retirar todo eso... • ¡Calla! Serás castigado por ello. Pero mira como tu polla sigue chorreando, habrá que solucionar eso ¿no crees? • Sí señor, pero como, no se me ocurre... • A mi sí, con el plug uretral. Túmbate boca arriba en el sofá con las manos a la espalda. Al acercarme con el plug comprendí que intentar lubricar la uretra era imposible con la cantidad de líquido, quizás no fuera necesario. Él miraba mis manipulaciones con cara de asombro. Al acercar la sonda: • Procura no moverte no quiero hacerte daño, ¿vale? – asintió una vez más. El plug entraba con ...
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