1. Mi primer negro


    Fecha: 15/06/2023, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cuál es mi habitación.
    
    Una cena no significaba coger… eso pensaba. No sabía donde me llevaría, pero me puse una tanga color piel y no use bra, escogí un vestido blanco que llegaba a medio muslo, ajustado; atado al cuello. Mi piel bronceada destacaba increíble, se dibujaban mis nalguitas paradas espectaculamente, deje mi cabello suelto.
    
    Cuando Rubens llegó yo estaba casi lista pero me faltaban los zapatos, lo hice pasar y no resistí la tentación de pararme frente a él e inclinarme sin doblar las rodillas para ponerme los tacones. No me di cuenta si me vio pero yo me sentí la más sexy.
    
    Llegamos a un restaurante muy lindo, nos dieron una mesa privada en la terraza. Cuando me acercó la silla para que me sentara me rozó mi espalda y enseguida se erizó mi piel, platicamos sin ningún tipo de insinuación. El plan era regresar al hotel, hasta que me arrastró a la playa, bueno no me arrastró, lo único que tuvo que hacer fue ponerse detrás de mi acercarse solo un poco a mi cuerpo y decirme al oído: Te pedí una noche. Y me dio un beso en el hombro.
    
    Caminando por la playa intentó besarme un par de veces, no lo deje. Estaba un poco frustrado, dejaba que sus manos pasaran por mi cuerpo, roces, apretones, besos en la mejilla o en el cuello pero jamás en los labios. Entones su táctica cambió, se paró y jalándome del brazo hacia él me dijo: ¿Entonces así es como te gusta? y puso una mano detrás de mi cuello y me acercó a su cara para darme un beso profundo y agresivo, sentía su ...
    ... lengua meterse a mi boca con mucha pasión. No tuve tiempo de resistirme, en segundos tenía su paquete restregándose en mí y lo abrece con fuerza.
    
    Con sus manos bien puestas en mi culito intenté separarme pero no lo logré. Lo que conseguí fue terminar con él acostado sobre mí a mitad de la playa, sentir el peso de su cuerpo me excitó aún más.
    
    -Detente, por favor- Le pedí.
    
    -Por qué? No te gusta? Tu cuerpo dice que te encanta!
    
    Y las caricias empezaron, una de sus manos se deslizó bajo mi vestido, sus dedos paseaban de mis muslos a mi vagina por encima de la tanga. Mi respiración aumentaba y me empezaba a mojar, nunca me metió el dedo por más que yo movía mi pelvis, estaba jugando conmigo.
    
    -Quiero arrodillarme para chupártela! No me puedo arrodillar aquí, Rubens.
    
    -Así como estoy no puedo ni caminar- Me dijo mientras me tomó la mano y me la puso sobre su verga, estaba dura pero no parada. Me mojé aún más. Caminamos para buscar un taxi con su verga pegada a mi espalda “para intentar disimular”, ya en el taxi nos besábamos con pasión aún con las miradas indiscretas del chofer, metió su mano bajo el vestido y lo dejé seguir; me ponía tener un mirón.
    
    Llegamos al hotel, entramos al elevador con una pareja mayor. El hombre no me quitaba la vista de encima, Rubens puso una mano sobre mis nalgas y salimos directo a su habitación, a penas cerró la puerta cuando ya estábamos de nuevo tocándonos, mis manos no se apartaban de su paquete sobre el pantalón…
    
    -Mmmm… mojadita ...