Mi primer negro
Fecha: 15/06/2023,
Categorías:
Sexo Interracial
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... y depiladita. Que rica estás, quiero comerte!
Me cargó y me puso sobre la cama, subió mi vestido y me arrancó la tanga. Lo primero que sentí fueron besos en los muslos, en las ingles, abajo del ombligo y su lengua mi rajita. Chupaba, lambía, su legua hacía maravillas y mis piernas lo apretaban. Los jadeos se hicieron gritos pero no me dejó llegar al orgasmo, paró y me dijo: “Qué era lo que no podías hacer en la playa?”
Me paré y lo besé, sabía a mí. Le desabotoné la camisa, lo bese del cuello hacia abajo hasta que le desabroché el pantalón, no quise retrasarlo mal y le quite el bóxer junto con los jeans. Tenía la verga semi erecta, y muy grande, ancha, venosa, casi púrpura, sin un solo vello. Como no me iba a entrar semejante cosa, empecé a chuparle las bolas mientras lo masturbaba; él me desabrochó el vestido del cuello y empezó a apretarme las tetas. Ya que le había dado un buen trabajo en sus bolas le pasé la lengua por todo lo largo de su pene, cuando llegué a la puntita ya estaba mojada, me metí su capullo y empecé a mamarselo, el tamaño aumentaba así que me concentre solo en la punta, cuando más sentía me apretaba los pezones. Yo ya no podía más, estaba muy caliente.
-¿Me la metes?- Le pregunte con voz casi tierna.
-Te la voy a meter toda la noche, ven acá.
Cargándome de nuevo puse sus piernas alrededor de su cintura y poco a poco me fue penetrando. Nunca había tenido una verga así entre mis piernas, sentí como me abría, como a pesar de estar muy mojada ...
... su verga rozaba deliciosamente mis paredes. Lo abrazaba del cuello y lo mordía. Me cargaba de las nalgas para el mete-saca y en unos minutos sentía que mi vagina se apretaba, él gemía en mi oído y yo enloquecí en un orgasmo. Perdí la fuerza, él lo notó y me acostó boca abajo en la cama, mordía y amasaba mis nalgas, metía su lengua entre ellas y me dio miedo que intentara metérmela por el culito, me quise voltear pero no me dejó. Puso su mano sobre mi espalda para impedirlo y medio una mordida algo fuerte.
-Ay, me dolió
-Ahorita te quito el dolor- Me respondió y sentí como intentaba penetrarme ahora desde atrás pero sin separarme las piernas. Yo quería ponerme de perrito pero una vez más no me dejó, encontró la entrada a mi vagina y me la metió.
-Ahh… que rico coges!
Su verga entraba y salía, sus labios recorrían mi espalda. Sus manos las puso sobre los hoyitos de la espalda, me paró un poquito y me dio una nalgada.
-Ah! Mmmmm…. Siiii…. Más!!! – Le decía.
-Te gusta? Quieres más?
-Sí, no pares! Dame hasta que me canse! Ahhhh!!!
Yo chorreaba, llevábamos un buen rato así. Sus dedos también estaban en mi clítoris haciéndome llegar a la gloria. De repente un dedo lo tenía en la entrada de mi culito, lo presionaba y yo movía más mis nalguitas, y entró. Cogiéndome con su verga y con su dedo, yo gritaba de placer, me jaló del pelo y en ese momento tuve mi segundo orgasmo, me dejó terminar y me volteó, de una sola estocada me la metió de nuevo, ese grito fue de ...