1. La chica tanga


    Fecha: 22/06/2023, Categorías: Hetero Autor: Yesska, Fuente: CuentoRelatos

    Son las seis de la mañana, lo sé porque al mirar hacia la ventana veo como los rayos del sol se asoman a través de las nubes: está nublado y eso significa que el amanecer está perfecto para mis intenciones, si bien me choca despertar antes de que suene mi alarma. Pero bueno, alguien necesita hacer un poco de ejercicio y no tengo escapatoria.
    
    Lo olvidaba, mi nombre es Ana, mido 1.65, soy de complexión delgada, no en los huesos, aclaro, pero el par de redondas y paradas nalgas y unas tetas 32B que se ajustan perfecto a mi figura hacen que me defienda, la naturaleza me brindó un buen cuerpo y no lo puedo negar. Tengo 18 años, y a pesar de lo anterior es sorprendente que no sea como las demás chicas de mi edad que andan en busca del amor y un príncipe azul. Yo soy más honesta y reconozco que le doy preferencia al sexo: simplemente me fascina, tanto que creo sentir una especie de adicción por las vergas, tan es así que ya llevo probadas como 10 jajaja ¿me pasó, no? Sin embargo, no piensen mal: lo hago por ese cierto placer que se vuelve indescriptible, no por fácil.
    
    Y retomando el tema, me gustaría contarles lo que me pasó ese día nublado. Era un sábado concretamente, y me levanté con pocas ganas de correr, la verdad. Ante ello, y a manera de motivación, me di una breve ducha y posteriormente me dispuse a vestirme de manera cómoda, porque no tenía la intención de ver a nadie en ese rato: Ya estaba por salir de mi casa, cuando me llegó un mensaje de Tony, un chico de la ...
    ... Uni al cual me había estado acercando desde hacía unas semanas, porque honestamente está que se cae de bueno, con su 1.85 de estatura, músculos definidos, cabello negro corto, y unos ojos que te derriten. Era una de las presas que me faltaba por comer jajaja y solo esperaba el momento adecuado para convertirlo en el número once. En fin.
    
    La razón de su mensaje era saber qué haría ese día, a lo que contesté que iría a correr, explicándole mi ruta: bajaría por el camino empedrado del cerro cercano a mi casa, hasta llegar a la playa; y él, como vive cerca de aquí y obviamente es aficionado al ejercicio, se apresuró a ofrecerse como acompañante, diciendo que era un lugar solitario y que era mejor que no anduviera sola. Gustosa le dije que sí. Sentía que era la oportunidad que esperaba.
    
    En consecuencia, decidí modificar mi atuendo para llamar su atención: opté por un mini short de color negro que enmarcaba mis piernas torneadas y mis labios vaginales, además de resaltar mis bien formados glúteos, y por debajo de este una tanga de hilo, para que se volviera más notoria la separación entre mis pompas; acompañado de un sostén deportivo que, al correr y sentir el roce del viento, suele producir que mis pezones se pongan duritos, situación que robaba las miradas de algunos chicos que pasaban cerca de mí. Estaba confiada en que este outfit no pasaría desapercibido para Tony.
    
    Quince minutos después, él llegó a mi casa, vestido con un pantalón deportivo y una playera de resaque, ...
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