1. Del diario de Claudia: Mis primeras cogidas en serie (2)


    Fecha: 23/06/2023, Categorías: Transexuales Autor: ClaudiaZorra, Fuente: CuentoRelatos

    Aún me quedaban cuatro días antes de que Fred, el dueño de la casa, regrese de su viaje; mi aviso en un sitio de avisos clasificados ofreciéndome para sexo fugaz había sido un éxito. Empezaba a gozar los placeres de ser una putita, complaciendo a varios hombres, incluso el mismo día. En mis primeros tres días completamente sola había ya satisfecho los deseos de ocho machos, y eso me hacía sentir como una verdadera puta.
    
    Hasta el momento había probado varias cosas nueva, desde nuevas posiciones, sexo anal en la alfombra de la sala, en la cocina, varias gargantas profundas, tragadas de esperma y claro, baños faciales de semen. Me había visto en el espejo luego de esas cogidas: el pelo desordenado, el semen chorreando por mis mejillas, o mejor aún, por mis piernas. Mis “clientes” habían sido de todo un poco: la mayoría casados, bicuriosos, esos tipos desesperados por probar cosas más radicales pero que tienen una esposa cucufata y aburrida a quien no le gusta mamar verga. Otros eran bisexuales de closet, más interesados en chupármela y descubrir el sabor del esperma de otro; incluso uno me pidió que también le meta mi verga y deposite mi semen en su interior. Aunque no es lo mío, igual lo complací.
    
    Para cuando “mis vacaciones” como Claudia hubiesen terminado me habían cogido un total de 17 hombres ¡No lo podía creer! - Toda una semana, sin salir de casa, pasando el 100% del tiempo como Claudia, recibiendo verga tras verga, agarrándolas, masturbándolas, mamándolas, ...
    ... dejándolas entrar en mi boca y en mi culito, mañana, tarde y noche. Había recibido a todo tipo de personajes - desde hombres casados, solteros, tímidos, agresivos, pasivos, blancos, latinos, de color, entre 35 y aproximadamente 55 años, musculosos, delgados, y alguno subido de peso. Descubrí que algunas vergas son más deliciosas que otras: las que tienen una cabeza en forma de hongo, llenas de venas al hincharse, bien afeitaditas, y claro, gruesas y grandes.
    
    Pero de todos los encuentros, ninguno se comparó con el de un tipo llamado Austin. ¡oh qué verga! Él era un moreno de unos 40 años, de casi un metro ochenta (ya se imaginaran la verga que se manejaba); quedamos en que vendría a la casa al final del día, lo cual era perfecto ya que no tendría apuro en terminar rápido. Cuando se apareció en la puerta me quedé en una pieza: era un verdadero adonis negro. Esa noche me había vestido como puta: tacones altos, liguero y medias de malla, y un short súper apretado y chiquito. Lo hice pasar, compartimos un trago para relajarnos y directo al dormitorio. Entonces comenzó a desnudarse, primero la camisa y luego con sus pantalones. Pero antes de que él pudiera sacarse la ropa interior, me puse de rodillas delante de él y lentamente se la quité yo misma. Lo que encontré debajo de ella era una preciosa verga. ¡Sabía que iba a ser MUY feliz esa noche! Cuando lo toqué suavemente, pude ver cómo se transformó justo delante de mis ojos (y boca) en una enorme pieza de carne con una cabeza enorme y ...
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