1. No sabía que era un trío, ni que mi culo era el premio


    Fecha: 04/07/2023, Categorías: Anal Autor: Luna_demiel, Fuente: CuentoRelatos

    Hace unos años, tuve el mejor trío de mi vida aunque no fue muy consentido que digamos. Trabajaba para la misma empresa, pero en otra sucursal. Mi jefe y yo teníamos una obsesión con el cuerpo del otro. Siempre se me ha considerado muy sensual y no solo por mi cuerpo aunque mi 1.70 y mi contextura delgada de buenos atributos ayudan sino por mi forma de ser tan femenina, risueña pero muy disciplinada. Mi jefe tenía 47 años y un cuerpo atlético además de una actitud muy sexy. Siempre hubo roces físicos entre nosotros, miradas seductoras y bromas en doble sentido. Él, casado y yo, en ese tiempo, en una larga relación. No recuerdo bien como sucedió pero terminamos cogiendo casi día a día en su oficina, hasta que se transformó en una deliciosa rutina.
    
    Un día recibo un mensaje que decía si esa noche me podía quedar con él.
    
    -¿Tienes planes? Te quiero coger toda la noche.
    
    -Me ofrecen lo mismo en casa jaja. Cuéntame más.
    
    -Esta será inolvidable. Lo prometo.
    
    -¿Hay algo especial?
    
    -Te espero en la sala de reuniones a las 21:30
    
    No me imaginaba que podría ser pero de todas formas avisé en casa, al salir de la oficina a eso de las 19:00 horas, fui a comer con unas amigas para tener energía durante la larga noche que se me venía. Todo trascurrió de maravilla hasta que llegó la hora de cruzar la avenida principal y dirigirme a la sala de reuniones.
    
    Tomás me esperaba sentado, tomando una copa de vino. Me serví una para mí.
    
    -Vamos a jugar –me dijo mientras me ...
    ... miraba con lujuria.
    
    -¿Tenemos 5 años? Jaja Dale, dime que se trata
    
    -Te encantará. Ven. -Dijo mientras yo bebía mi tercera copa de vino, pues con las chicas ya había consumido.
    
    Comenzó a desvestirme mientras mencionaba lo que mi cuerpo provocaba en él, me hablaba al oído y rozaba mi piel con las yemas de sus dedos y besaba mis hombros. Yo ya estaba muy excitada respirando agitadamente. Quedé en ropa interior entonces comencé a desvestirlo. Aparte de un cuerpo atlético, su 1,86 es tan proporcional como al tamaño de pene. Es una bestia. Para que dimensionen, no cabe en mi boca pero siempre hago el esfuerzo. Bajé sus calzoncillos con mi boca y cuando estaba a punto de comerlo, me detuvo.
    
    -Aquí comienza el juego, mi amor. ¿Te acuerdas de mis fantasías? Es el día.
    
    -Lo que quieras, pero tú sabes mi condición. –esta constaba de no tener sexo anal pues las veces que lo intentamos terminé desgarrada y sin éxito para ninguno de los dos.
    
    Se trataba de amarrarme y vendar mis ojos. Eso me excitó más y me dejé. Me volteó y amarró mis manos a la altura de mis muñecas, vendó mis ojos a tal punto que no veía una pizca de luz. Me tomó en brazos y me subió a la mesa de juntas. Comenzó a lamer mis pezones, a respirar en mi oído y a acariciar la parte interna de mis muslos sin llegar a tocar mi vagina. Me tenía loca de excitación. Volvió a tomarme en brazos esta vez, cruzando mis piernas por mi cintura. Podía sentir la cabeza de pene rozando mi vulva y estaba lista para recibirla. ...
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