1. La mamá cachonda de mi amigo (Final)


    Fecha: 06/07/2023, Categorías: Erotismo y Amor Autor: andreguz726, Fuente: CuentoRelatos

    Apagué la vela y el poco de cera que queda en la punta de la vela, la llevé a sus tetas y la puse en uno de sus pezones y de repente el pepino salió fuerte de su culo y cayó al piso y comencé a sentir como se mojaban mis piernas, esta deliciosa perra le encantaba tanto el dolor, que al poner la vela en su pezón comenzó a venirse y yo estaba a punto también, así que sin más, comencé a darle estocadas más fuerte y empujaba más la vela en su pezón.
    
    -No te detengas por favor -me dijo gimiendo tan fuerte que parecía que quisiera que hasta los vecinos oyeran lo rico que la estaba pasando.
    
    Me quitó la vela que aún estaba caliente y como pudo la puso en mi pecho, haciendo que así como ella y sin saber que tal dolor me gustaba, me viniera de la manera más impresionante, sentí hasta un dolor en mi pelvis de lo rico que sentía cada que salía semen de mi pene directo a su vagina, mi boca se abrió tanto como mis ojos, tuve que acercarme a ella y abrazarla con mis brazos, prácticamente me había desvanecido en su espalda, con mis manos disfrutaba de sus ricas tetas, las apretaba mientras aun me venía, cerraba los ojos disfrutando tal momento, mordía su espalda y nuca, haciéndola gritar, sabiendo que después de esto, ambos tendríamos tantas marcas de dolor que nos harían volver a coger juntos.
    
    En mis últimas estocadas, sentí que me desmayaba, deslizándome sobre ella y cayendo directo al piso, no sentí tal golpe, solo me quedé mirando al techo y respirando tan fuerte que parecía que ...
    ... me ahogaba, solo pasaba saliva y aun después de venirme de maravillosa manera, seguía sintiendo en mi pene, la sensación de su vagina caliente y en mi pelvis, sentía aun aquel dolor que tuve al venirme.
    
    Ella estaba sobre el planchón, se notaba como respiraba también fuerte porque su espalda se elevaba, y ahí me di cuenta lo rasgada que estaba su pequeña pijama. Ella comenzó a deslizarse cayendo de espalda encima de mí, la rodeé con mis brazos, era tan increíble mujer la señora Ingrid, que aun después de semejante venida, daban ganas de seguir sintiendo su cuerpo, con una de mis manos masajeaba sus tetas, rodeando su pezón, ella llevaba su brazo a mi cabeza y apretaba fuerte mi cabello, giró su cabeza y sintiendo su respiración en mi boca, sacó su lengua y comenzó a lamer con la punta de ella, el borde de mis labios, como marcándolos. Así que llevé mi otra mano a su vagina y vi lo mojada que aún estaba y lo caliente que era.
    
    Con dos de mis dedos, la comencé a masturbar lentamente, movía mis dedos en su vagina en círculos, sintiéndola toda, sintiendo como su rica vagina carnudita, se movía a la par de mis dedos, puse toda mi palma en ella, sintiendo el bulto de su hinchada vulva, le di dos golpes como si aplaudiera con ella, haciendo que la señora Ingrid llevara su mano directo a mi pene y me comenzara a masturbar, lo tocaba de una manera que no puedo olvidar, mi verga estaba algo flácida, así que ella con sus uñas algo larga, recorrió desde la base hasta la punta y cada ...
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