1. De regreso a Santiago en la mañana fui follado por un profe y en la tarde soy de dos empledos de la estacion de servicio


    Fecha: 27/06/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    En cuanto regresaba a casa el primer dia de clases una vez terminadas las vacaciones de invierno, fui invitado por dos de los operarios de la estación de servicio contigua al departamentito donde vivíamos con mama para que en cuanto pudiese hacerlo, bajara a gozar un rato con ellos. Una vez concluidas las tareas y no sin antes desocupar mis intestinos de todo el semen que me regaló el profesor de Artes Plásticas, le dije a mama que bajaría un rato a tratar de ganar unos pesos en propinas surtiendo nafta o kerosén o bien inflando ruedas o limpiando ventanas. Los empleados de la estación de servicio me dejaban ganar unos pesos que bien podrían haber ido a incrementar sus ingresos y no hacían mayor asunto por eso. Además, yo les retribuía con creces sino en metálico, en otro tipo de placeres que de contratar un putito profesional, no les hubiese alcanzado con su sueldo para pagarle. Atendí un rato el surtidor de kerosene ya que era el que estaba mas lejos de mi departamento y por su ubicación quedaba oculto de las ventanas de mi casa y por mucho que mamase estirase para ver donde estaba su bebe, no me podía ver. Me hice de unos pesos y cuando concientemente me dirigí a los baños de los empleados pasando por entre ellos para que se dieran cuenta de mi derrotero. Una vez traspasada la puerta, los mire a ambos como diciéndoles con los ojos, "ya quien viene primero" y cual sería mi sorpresa al constatar que no sería uno sino dos los que entrarían conmigo a los mingitorios. Una vez ...
    ... adentro y antes de que llegaran mis prospectos de amantes, yo me había despojado de mis pantalones y los aguardaba solo en camisa. El resto de la ropa estaba colgada convenientemente para evitar que se manchase. Cuando hubo traspasado el primero la puerta de los baños, se sorprendió al encontrarme casi desnudo, con la cola parada y mirándome al espejo como buscando una imaginaria mota de polvo en un ojo. El obrero encuclilló tras mis hermosas posaderas y después de sujetarme con sus manos por los muslos, comenzó a darme mordiscos suavecitos en los glúteos y entrepierna. El pensaba que con eso yo me calentaría. No sabía que yo había almorzado evitando que el semen de profe de la mañana manchase mi uniforme y ya a esas alturas, tenía mi esponjoso culito hecho un fangal. Que lo único que quería era tener otra verga adentro y si bien agradecía el que tratase de seducirme, yo sólo quería ser un puto insaciable y no necesitaba de preámbulos. Cuando el pensó que me tenía lo suficientemente caliente, se bajó el cierre del pantalón de trabajo y sacando afuera una verga promedio, la comenzó a pincelar hacia arriba y hacia abajo por entre mis nalguitas, esperando el momento justo en que yo echase la cola para atrás, para enterrármela hasta los pelos. Entre los empleados ya se había corrido la voz de las cosas y maniobras sexuales que mas me gustaban y con las cuales yo reaccionaba positivamente. A nadie se le ocurrió nunca pensar que mi respuesta sexual hubiese sido la misma con un beso ...
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