1. Karla, usada brutalmente


    Fecha: 13/07/2023, Categorías: No Consentido Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos

    Karla desde hace años se acostumbró a una buena dieta y al ejercicio, por su horario de trabajo ahora asiste a uno cercano al mismo. Además a sus dieciocho años se siente satisfecha de pagar ella su mensualidad, que además es una motivación más para asistir diariamente. Desde los primeros días notó a un compañero del trabajo, Javier supo que se llamaba, quien con la ropa de oficina parecía un tanto gordo, sin embargo era más bien robusto. Ni siquiera se hablaban, solo intercambiaban miradas y sonrisas.
    
    En la oficina era igual, al contrario ella se veía muy sexy en ropa de gimnasio, los leggings se amoldaban en su cuerpo esbelto y bien trabajado, su abdomen era de acero. Pero en ropa de oficina Karla se veía súper sexy. Además su cara hermosa y esa sonrisa coqueta a él lo volvía loco.
    
    —Ese te come con los ojos —le dijo su amiga y ambas voltearon sonriendo a donde él estaba, logrando que se volteara nervioso.
    
    —Pues va al gimnasio, ahí lo ves a diario.
    
    —¡Y si le hace falta!
    
    —No tanto, las camisas lo hacen ver gordo.
    
    Por la tarde llegó al gimnasio como de costumbre, desde que entró noto que Javier la siguió con la mirada, se cambió y ya en leggings subió a la caminadora, Justo frente a él. Javier disfrutó del movimiento de sus ricas nalgas, saboreando el movimiento del hermoso cuerpo de Karla. Ella olvidó que él estaba detrás, con sus audífonos siguió su rutina de manera normal. Al salir del gimnasio, ya cayendo la tarde. Un tipo se acercó a ...
    ... ella.
    
    —Hola
    
    —¿hola? —respondió ella un poco confundida.
    
    —¿te acuerdas de mi? —Preguntó él mostrando una sonrisa forzada por los nervios, pero tratando de cortar la tensión inicial.
    
    —Si, eres Javier. Te veo en la oficina y aquí también.
    
    —Pensé que ni siquiera me notabas.
    
    —Claro —respondió ella con su risa encantadora, ambos platicaron un buen rato del trabajo y de trivialidades. Luego se despidieron y los días siguientes no lo vio en el gimnasio. Aunque de lejos ella lo saludaba en el trabajo.
    
    Días después al salir del gimnasio él la abordó tomándola del brazo.
    
    —Hola Karla, que rica te vez hoy
    
    —Hola, me espantaste.
    
    —Me gustas así, con tu culito paradito.
    
    —¿que? —alcanzó a decir ella mientras él la encaminaba al callejón que estaba al lado del gimnasio.
    
    —Me gusta cómo se te marca tu calzoncito en tu culo, estás bien sabrosa.
    
    —¡¿como?!
    
    Él la jaló a una pequeña bodega sin que ella pudiera detenerse o zafarse de esa situación.
    
    —¡eres mi perrita! —Javier ya estaba aprisionando la contra la pared.
    
    —¡No!
    
    —Enseguida me di cuenta cómo te pones frente a mi para que te vea tu culo y en el trabajo te pones minifalda para calentarme... aquí podemos hacerlo.
    
    —¡Estas equivocado! —Dijo Karla a quien sin embargo le gustaba que le hablaran así y estaba un poco excitada. Javier metió su mano por entre sus piernas sintiendo la humedad de su sexo sobre su ropa y riendo le dijo.
    
    —¿y esto? ¡Ya estás mojada pequeña perra!
    
    —¡Es sudor! —Contestó ella disfrutando ...
«1234»