El viejo conserje (Capítulo I)
Fecha: 15/07/2023,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: drwite, Fuente: CuentoRelatos
... a dar toditas y cuando ya no valga nada, se la reparten.
Todos se rieron de sus palabras. Yo por mi parte estaba furiosa. Ese idiota sólo quería ser el primero y jactarse de eso, pero se iba a quedar con las ganas.
Decidida entré y de inmediato se quedaron callados.
-Lo pensé mejor y no quiero andar con un niñito idiota y de pequeñas proporciones, así que terminamos.
Sin esperar respuesta, salí y me fui a mi casa. Al llegar azoté la puerta y mi madre bajó a ver qué sucedía.
-Hoy iba a cometer el peor error de mi vida –fue lo único que dije.
-¿De qué error hablas Mariana? –preguntó mi madre.
-Iba a acostarme con un imbécil, pero al final me di cuenta de que sólo quería usarme.
-Ay hija, ven –extendió su mano y la sujeté. Luego fuimos a sentarnos en un sillón– Cariño, nunca te entregues a cualquiera. La primera vez jamás se olvida y es muy importante que escojas a una persona que no sólo te atraiga físicamente, sino que también admires y respetes. Quizás no será con quien te cases, pero tendrás el recuerdo más bonito de tu vida si das el regalo de tu virginidad a quién lo merezca.
Mientras mi mamá hablaba me sorprendí al momento de pensar en el rostro de Don Filomeno, y lo más confuso es que nos vi a ambos desnudos haciendo el amor. Esa imagen no sólo me inquieto, sino que humedeció mi intimidad como nunca antes y tuve que cerrar las piernas para contenerme.
-Mamá… ¿y si la persona fuese alguien poco agraciado?
-mmm, pues lo primero que debes ...
... preguntarte es si eso te molesta. Si su apariencia no es buena, pero lo quieres, entonces es el correcto.
-¡El correcto! –repetí sin poder borrar la cara de Don Filomeno de mi mente.
-Bueno hija, lo mejor es que te vayas a descansar. No debes presionarte. Ya llegará el hombre indicado, así que no te angusties.
Sin decir nada más, me levanté y me encerré en mi cuarto. Traté de dormir, pero cada que cerraba los ojos, la imagen de Don Filomeno y yo amándonos con desesperación aparecía. Quise tocarme mi intimidad porque las punzadas eran dolorosas, pero me detuve, pues me gustaría que fuese el hombre que escoja el que me haga descubrir todos esos placeres, y mordiendo la almohada, me dormí unas horas después.
Días pasaban y yo no lograba dejar de evocar aquellas imágenes eróticas con un hombre que casi me triplica la edad. Cada que lo veía, corría a esconderme, pero ni así me lo quitaba de la mente.
Un viernes, mi madre me avisó que viajaría a Indonesia por su trabajo y que me quedaría sola todo el fin de semana. Dijo que me intentaría llamar, pero que no prometía que lo lograría, pues era difícil hacerlo desde ese lugar. Yo le dije que no se preocupara pues soy mayor de edad y podría cuidarme sola. A regañadientes se fue a su viaje y yo me dirigí a la escuela.
A la hora de la salida, no quise volver a casa, así que me puse a pasear por el campus, pero mis pies me llevaron a un lugar que no esperaba visitar y sin embargo al estar de pie frente a esa vieja puerta ...