No robarás
Fecha: 16/07/2023,
Categorías:
No Consentido
Autor: Vial78, Fuente: CuentoRelatos
Mi nombre es Eli, tengo 40 años vivo con mi esposo Facundo, él tiene 41 años.
Llevamos 20 años de casados, como todos los matrimonios tuvimos nuestras crisis y nuestros buenos tiempos. En los últimos años creo que producto de nuestra madurez logramos llevar un matrimonio feliz y muy interesantes en lo que respecta al sexo.
Siempre estamos pendientes de mantener la pasión encendida, para ello recurrimos a juegos, juguetes y bueno… todo aquello que nos ayude a lograr el máximo placer. Aunque sinceramente nada me preparó para lo que estoy a punto de contarles.
Con Facundo vivimos en uno de tantos barrios del conurbano bonaerense, de jóvenes trabajamos ambos, él tiene un comercio y yo por lo general siempre trabajé como empleada. De hace un tiempo a esta parte a Facundo le ha ido muy bien en su negocio (o al menos eso creía yo) hemos podido comprar nuestra casa propia que es muy amplia y con un enorme parque con pileta y quincho. Tenemos un auto para cada uno, y nuestro estilo de vida es muy acomodado. Desde que facundo prosperó en su negocio me ha pedido que yo ya no trabaje y me dedique a mi, por supuesto que no me disgusto, y siempre trato de estar espléndida. Acá entre nosotros, yo le digo que es para él, pero creo que en realidad lo hago por mí, me gusta verme bien y que me vean bien y por supuesto me encanta provocar la atracción de los hombres.
Solo lo hago para sentirme segura y en ocasiones para provocar los celos de facundo, me encanta verlo celoso. Le ...
... cambia la mirada.
Una tarde noche de noviembre estábamos en el parque escuchando música y tomando algo fresco para sobrellevar los primeros calores de la sofocante Buenos Aires cuando sonó el timbre de casa. Facundo se levantó y se dirigió a la entrada, la verdad no le di importancia supuse que sería algún vendedor o algo relacionado al negocio de facundo, no estaba tan errada… transcurrieron como 30 minutos y facundo no regresaba así que me dirigí a la casa, al ingresar a la sala de estar lo vi a facundo con dos hombres. Uno de unos 30 años con facciones europeas, tez blanca, ojos verdes, pelo corto y enrulado con un físico muy atlético. El otro de unos 40 años con el rostro marcado por algunas cicatrices, ojos marrones oscuros y un poco más robusto, los dos muy bien vestidos con cadenas y reloj de oro.
Al verme entrar automáticamente interrumpieron su charla que por lo poco que escuche no era muy amigable, facundo se levantó del sofá y me presentó, el más joven se llamaba Fabrizio, el otro Andrés. Después de saludarlos me disculpé e intenté retirarme, a lo que Fabrizio con una voz muy gruesa y firme dijo:
"Disculpe señora pero tendrá que permanecer con nosotros"
La verdad no entendía nada pero de inmediato comprendí que la situación no era buena, la cara de facundo no era la mejor, pero luego de la orden de Fabrizio se transformó su rostro; en ese momento comencé a preocuparme.
Fabrizio tenía una forma de hablar muy pausada pero muy firme, se notaba que cuando él ...