Noche de amor filial
Fecha: 28/06/2018,
Categorías:
Grandes Series,
Autor: Dulce Fuego, Fuente: CuentoRelatos
... y me lo hundió hasta el fondo las veces suficientes para que yo me viniera antes de que su verga perdiera su duereza.
Desperé muy tarde al día siguiente, y cuando abrí los ojos, la luz del medio día se filtraba por las orillas de la cortina que cubría la única ventana de la habitación. Un poco desorientada, levanté la cabeza y vi que la otra cama estaba vacía y hasta estaba hecha; a mi lado, el lugar vacío de Víctor parecía devolverme la mirada ante mi desconcierto. Me puse a buscar mis bragas sin encontrarlas por ningún lado y entonces percibí el rico olor de la comida calentándose en el fuego de la leña en la vieja cocina de mi abuela. Moría de hambre, así que me apuré a vestirme para salir a desayunar y cuando salí al patio, mi familia estaba acomodada en dos largas mesas de madera a la sombra de los árboles milenarios de la casa de mis abuelos. Ricardo me hizo señas desde una alejada esquina para que me sentara junto a él, y allá fuí. En cuanto llegué, se acercó mi tía Alondra, con una sonrisa radiante que no pudo ocultar y me ofreció un rebosante plato de pozole y luego se sentó junto a mi.
-¿Dormiste bien, Alondra?- Le pregunté mirándola de reojo para molestarla.
-Bastante bien, Víctor casi no hizo ruido; quiero decir... que no roncó como nos tiene acostumbrados- Casi me atraganto con mi primera cucharada de comida al escuchar la respuesta de mi tía, que me miraba divertida. -Al rato ...
... hablamos, mujer. Come-.
Mi tía Alondra se dio cuenta cuando Ricardo me codeó y me miró como queriendo enterarse de qué iba el asunto -¿Desde cuándo andas con esta vieja loca, Richard?- Le preguntó mi tía para romper la tensión, logrando distraer a Ricardo, quien no volvió a tocar el tema de mi plática secreta con mi tía.
Cuando terminó el desayuno, sentí la mirada fija de Alondra, quien desde el pasillo que une al patio con las recámaras, me hizo una discreta seña con la cabeza para que fuera hacia ella. Me paré de la mesa con el pretexto de ir a cambiarme antes de ir a la playa y cuando llegué a donde había visto a mi tía, ella ya no estaba; entonces escuché un ligero silbidito desde la recámara donde me había despertado, y en la puerta estaba esperándome mi tía.
-Estaba borracha- Comenzó a decirme luego de cerrar la puerta tras de mi. -Estaba borracha y me sentía sola. Ya se que eso no justifica lo que pasó anoche, pero no tengo más razones.
Lo que platiqué con mi tía, te lo contaré en otra ocasión, mi amor. Por ahora terminaré diciéndote que esa misma tarde ella y yo nos pusimos de acuerdo para ir a la farmacia por unas "pastillas del día siguiente", que yo no necesité, afortunadamente, por que un poco antes de ir a comprarlas, llegó mi periodo, puntual, como siempre.
Espero que te haya gustado esto que te platiqué, corazón. Te dejo mis más húmedos besos.
Tu puta, siempre.
Dulce F.