Las Audiciones - Relatos Eróticos

Las Audiciones

... encantan sumergirse durante bastante tiempo.

Una media hora más tarde subí para ir a la cama. Se estaba haciendo ya muy tarde. Me asomé al baño para ver cuánto le quedaba. Yo esperaba verla aún en remojo. Sin embargo, lo que vi fue a Kate sentada en el borde de la bañera, maquinilla de afeitar en mano y todo el pubis cubierto de espuma. Kate me echó fuera del baño tan pronto como se dio cuenta de que yo estaba allí.

Un rato después salió con una de esas largas camisetas que normalmente usa. Tenía la esperanza de verla desnuda y poder ver ese coñito. Kate prefiere llevarlo normalmente bastante poblado, bien recortado y cuidado. A mí no me desagrada.

.-¿Bueno vas a dejarme verlo? -pregunté.

.-No.

.-¿Por qué no? Sólo vistazo. -supliqué.

.-No, estoy cansada.

.-Vamos, sólo una mirada rápida. Ya sabes lo mucho que me gusta cuando te lo recortas.

.-Está bien. –dijo a regañadientes- Pero tienes que prometerme que no lo tocarás hasta después del casting.

.-Está bien.

Kate se quedó a un metro de mí y lentamente alzó la camiseta. ‘¡Guau!’ Me quedé muy sorprendido cuando empecé a ver su entrepierna. Sus labios estaban sin pelos y el resto había sido recortado en forma de triángulo que hacía destacar mucho su clítoris. Nunca la había visto así, se veía tan sexy, me vino a la cabeza una palabra ‘disponible`’. Dejó caer la camiseta y se metió en la cama.

.-Ahora, recuerda lo que prometió. A dormir -dijo sonriendo.

Cuando desperté Kate ya se había ...

... levantado y por el ruido del de agua corriente se estaba duchando. Así que bajé y me preparé el desayuno. Cuando volví a entrar al dormitorio, Kate ya había terminado y estaba sentada en el taburete frente a su tocador con la toalla enrollada alrededor de su cuerpo. Me quedé en la puerta admirando esas curvas sensuales, su cuello desnudo, su espalda y sus hombros. Cuando levantó sus brazos para arreglarse el pelo, sus pechos se revelaron ligueramente. Era demasiado para resistirse. Fui hacia ella y con cuidado deposité mis manos sobre su cintura. Fui subiendo, lentamente, rocé la barriga, pasé alrededor de sus pechos y finalmente descansé mis manos sobre sus hombros. Kate reconoció mis insinuaciones y seguía con los brazos levantados arreglándose ociosamente el pelo. Mis manos regresaron sobre su camino. Esta vez mis dedos se desviaron para explorar la curva de sus pechos. En primer lugar, trazando la línea a su alrededor, para acabar tropezando con sus ya duros pezones. Los cacé entre el pulgar y el índice, al tiempo que el resto de mis manos sentían su peso. Kate dejó escapar un suspiro y se dejó caer hacia tras contra mi cuerpo. Mi evidente erección presionaba contra su espalda. Después de jugar con sus pechos mis manos bajaron hasta su cintura deslizándose bajo la toalla. Esto provocó que al caérsele, destapara completamente su cuerpo. Kate suspiró de nuevo y separó sus piernas. Mis manos querían su coño. Primero acaricié la cara interna de sus muslos. Cuando ya casi alcanzo mi ...