1. Ama, Esclavo, Cuchillo


    Fecha: 20/07/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... rugosidad del escroto. Al alzar el cuchillo, la gran bolsa se yergue, enganchada con la punta del cuchillo. Los testículos se revuelven, posándose al fondo del escroto. Rodrigo exhala un jadeo incontenible.
    
    —Genial.
    
    Me relamo. Me gusta tanto que no me doy cuenta que se ha detenido la agonía de mi orgasmo en mi coño. La belleza de la bolsa escrotal, alzada en el aire con la simple sujeción de la punta afilada de un cuchillo, me embarga, me embelesa.
    
    Dejo resbalar el escroto. Una punzada, un rastro encarnado aparece entre los pliegues. Un rápido vistazo a la máscara, a la cremallera, y veo sus dientes lechosos, el dolor, la furia, el placer, todo mezclado en un caldo aderezado con su punto justo de miedo, de terror.
    
    Mi queridísimo grandullón. Aún no sabes lo que te tengo preparado.
    
    La humedad desborda mi coño. Pronto me doy cuenta que es orina. He presionado tanto mi vejiga que el líquido fluye en forma de gotas, mezclándose con la viscosidad procedente de mi otro agujero. Plic, plic, oigo las gotas caer sobre el suelo, derramándose por el borde de la silla.
    
    Deslizo el extremo del cuchillo por la polla. Un grueso cordón, abultado como un dedo mío, recorre el miembro de abajo a arriba, hundiéndose en la carne poco antes de nacer el glande, bajo el prepucio. Presiono con la punta, deslizo el filo cual hoja de afeitar por el grueso cordón. El interior burbujea, las venas y arterias se hinchan a su paso. Es una dulzura de visión. La punta deja un rastro blanco ...
    ... que luego torna al rojo, al morado, al azul, al violeta. Una marca de posesión, una marca de paso.
    
    Llego al glande, oculto bajo el prepucio. Un rápido vistazo a los ojos de Rodrigo, sus párpados apretados presionan sus ojos dentro de sus cuencas. Gotitas de saliva emergen de la cremallera de su boca. Contiene la respiración pero no puede evitar que la saliva fluya entre sus dientes. Hermoso, sublime. Qué delicia.
    
    Mi propio orgasmo llega de improviso. Cierro los ojos, calambres de placer me sacuden el vientre y remueven mis interioridades. Aprieto mi vejiga, hundo mis uñas hasta sentir dolor extremo. Me vacío entera, incapaz de contener la meada. Grito, siseo, jadeo. El pis surge como fuente reventada.
    
    Oigo mi orina salpicar el torso de Rodrigo, me muerdo los labios, extraigo el metálico sabor que la hoja abrió en mi lengua. Tiemblo, aspiro por la nariz con rápidas hondonadas, mi pecho se convulsiona, espasmos gloriosos me recorren, fluidos liberados se acumulan.
    
    Cuando abro los ojos llego a tiempo de contemplar el hermoso espectáculo del semen. Rodrigo se ha masturbado sin mi permiso. Sacudiéndosela, de su polla surgen trallazos, chorros luminosos. Babeantes, viscosos, esparcidos por todo el torso moreno, manando de la punta del prodigioso miembro. Tres, cuatro, cinco, hasta seis eyaculaciones. Semen acuoso, antes espeso, acumulado entre intersticios de músculos, mezclado con el caldo de mi vejiga, de mi coño. Cordones de leche que discurren cual trazos de tiza ...
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