1. Entregadas a sus instintos


    Fecha: 21/07/2023, Categorías: Lesbianas Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos

    ... sus brazos invitándome a subir a la cama con los improvisados artilugios.
    
    Nos arrodillamos una frente a la otra sobre las sábanas e, intentando que las botellas se sostuvieran a pesar de la poca estabilidad del colchón, conseguimos sentarnos cada una sobre uno de los picos, poco a poco, mirándonos con complicidad, comenzamos a acariciarnos nuevamente, recorriéndonos mutuamente cada región que ya se reconocíamos como vivamente excitantes.
    
    Segregábamos de nuevo los néctares, cosecha de la lujuria; los dedos recorrían los pezones endurecidos, bajaban por la cintura y se introducían en la raja en donde los pináculos de los envases, lentamente, iniciaban una penetración, suspirábamos ruidosamente, mezclando saliva y quejidos.
    
    D: ¡Estamos llegando realmente!!!
    
    S: ¡Talvez esto queríamos! ¡Ahora debemos sentarnos!!
    
    Un par de horas antes, no hubiera soñado con hablar con tal desparpajo, pero estaba realmente enardecida y, para mi propia sorpresa, descubrí que fantasear así, junto a la confidente de tantas horas, me sobreexcitaba de una forma que era incapaz de definir.
    
    Sentí que el pico frío se introducía sin dificultad, lubricado por mis jugos; separé un poco las piernas para facilitar aquello. Empezamos a movernos con cierto ritmo.
    
    Yo puse más pasión, le besé los dos pezones casi al mismo tiempo, mordisqueándolos, lamiéndolos, sintiéndolos dentro de mi boca mientras la botella entraba y salía de acuerdo a que se sentara u oprimiera su vagina haciéndola ...
    ... desplazarse hacia fuera.
    
    Aquello no iba a prolongarse demasiado, pues las dos estábamos sintiendo la inquietud de un inminente orgasmo, corriéndonos por la piel, por la sangre, por los puntos más álgidos y expresándose en una respiración más intensa.
    
    D: ¡Samanta que rico, ah!
    
    S: ¡hemos llegado tan lejos, uhm!
    
    D: ¿Ah, que rico, que es esto?
    
    S: ¡No sé, pero que bien se siente, uhm!
    
    Se convulsionó con la botella embutida a lo máximo, apretándome con fuerza; le correspondí con mi lengua por el cuello y los senos.
    
    El éxtasis se expresaba casi a gritos y sacudidas, supe que también había llegado mi momento; situándome hacia atrás, sentí que Diana tomaba con una mano la botella y empezaba a hundírmela una y otra vez sin pausa, cubriéndome el resto del cuerpo con caricias y besos.
    
    Un imponente y largo orgasmo me derritió en abundantes fluidos que empaparon la botella, espasmo tras espasmo, sintiendo que nunca en mi vida había experimentado un momento tan intenso como aquel.
    
    S: ¡Ah, uhm, no!! ¡Que rico!
    
    D: ¡Ah, esto es delicioso, uhm!!!
    
    Poco a poco y, acompasadamente, fui saliendo del trance, acurrucando mi cuerpo junto al de mi amiga que, también exhausta, suspiraba con la mirada perdida en el techo.
    
    Las botellas habían quedado a un lado de la cama, inmóviles como mudos testigos de la lujuria vivida.
    
    ¡Jamás hubiera sospechado que eras una lesbiana! y ¡tan libidinosa! comentó jocosamente Diana luego de unos minutos.
    
    ¡Yo tampoco lo sabía! conteste y ...
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