1. Gerente de putas por Tailandia


    Fecha: 24/07/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: MiguelFederico, Fuente: CuentoRelatos

    Soy gerente de compras de una empresa de que utiliza componentes que normalmente importamos de China. Pero, últimamente se presentan nuevas empresas de esa área. Justamente por una empresa debí viajar a Tailandia. Por suerte el jet de la empresa estaba disponible por lo que pude usarlo.
    
    Como mido 1.95 m, me cuesta mucho viajar cómodo en aviones de línea, aunque sea en bussines. Tengo 35 años, soy soltero y entreno todos los días en el gimnasio o en la pileta, por lo que tengo un físico muy trabajado. Por suerte la naturaleza me dotó de un pene de 25 cm, porque realmente me vería ridículo con un micro - pene. El problema es que muchos pantalones marcan demasiado.
    
    Esa semana había comenzado mi nueva asistente, por lo que decidí viajar con ella para delegar algunas reuniones y tener tiempo de pasarla bien. Venía de un año agotador, de muchos viajes y quería aprovechar para divertirme.
    
    En el hotel nos habían asignado una suite con dos dormitorios y una sala de estar. Como llegamos a la mañana, decidí ducharme e ir a una primera visita de cortesía a la empresa. Mi asistente hizo lo mismo.
    
    Fuimos recibidos con todos los honores, y aproveche para reunirme con el presidente de la empresa, que por razones que entenderán llamaré John. Charlamos un poco sobre su oferta para vendernos algunos componentes, mientras Marian hablaba con el gerente de ventas. John me invitó a recorrer la fábrica. Eran todas mujeres y en su gran mayoría de baja estatura, delgadas, y de lindas ...
    ... facciones.
    
    Cuando volví a la oficina le comenté a John lo sorprendido que estaba por la cantidad de mujeres que tenía trabajando y las lindas facciones que tenían. Cuando Marian termino su reunión pidió que me avisen, lo cual significaba que nos retirábamos.
    
    John nos invitó a cenar en una villa de su propiedad. Aceptamos y fuimos al hotel y a un shopping a comprar algunas cosas. Volvimos, cada uno a su dormitorio, y nos cambiamos. Cuando nos encontramos en la sala de estar, me impresionó que Marian no tuviera uno de los clásicos “uniformes” de Asistente, pollera larga o pantalón, camisa y saco. Era una mujer joven, de 30 años, soltera y con un buen cuerpo, pero sin ser deslumbrante, era muy elegante, y su metro setenta de altura la ayudaba.
    
    Ella ahora estaba con un vestido muy elegante, con estampado de colores vivos, abotonado al frente que dejaba ver bastante de sus piernas, ya que no le llegaba a las rodillas.
    
    Cuando llegamos vimos que había muchas más mujeres que hombres. Por momentos me sentía ridículo por la diferencia de altura de casi todos, que apenas llegaba al metro sesenta.
    
    Mientras charlábamos con el dueño de casa, notaba que muchas mujeres miraban mi entrepierna, hablaban entre ellas y se reían. Luego de cenar, casi todos los hombres solos se retiraron y quedaron dos o tres con sus parejas. John se excusó por tener que ir a su piso, porque la esposa no se sentía bien, y nos dijo que quedaba el auto con el chofer a nuestra disposición.
    
    Pusieron ...
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