La semana que disfruté a mi cuñada (II)
Fecha: 24/07/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: JUANFRANK, Fuente: CuentoRelatos
Siguiendo con el relato anterior, después de hacerle el amor a mi cuñada Zandra en su departamento, determinamos pasar juntos los días que yo estuviera en la ciudad de Guadalajara y pasar las noches en un hotel donde yo me hospedaría, aprovechando que Javier su esposo no se encontraba en la ciudad por varios días.
Así que nos metimos a bañar, la ducha de su departamento no era muy grande, diría más bien pequeña, la cual nos imposibilitaba el movernos a nuestro antojo, el ver correr el agua que mojaba su cuerpo desnudo, me puso caliente y empecé a sujetarle los brazos –yo estaba tras de ella-, besando sus hombros y su cuello, y de inmediato mi falo empezaba a ponerse duro, restregándolo a sus nalgas, para ese momento mis manos recorrían cada parte de sus pechos, provocándole una erección en sus pezones se pusieran duros, viendo la calentura que ella también se cargaba, baje mi mano derecha a su puchita, refregando con mi dedo medio todo lo largo de su raja por unos minutos, ella ya toda caliente se voltea y me empieza a besar intensamente, sintiendo como su lengua entraba suplicante a mi boca, pidiendo ser recibida por la mía, mientras tanto mis manos manoseaban a total libertad sus ricas nalgas, las estrujaba, las agarraba como poseído, sin importarme dejarle algún moretón, diciéndome “Si esto es un sueño, no quiero que termine nunca”, “No mi amor, te quiero siempre conmigo”, sin embargo el chorro de la regadera no nos permitía besarnos apasionadamente.
Así que apague ...
... la llave porque la quería penetrar ahí mismo, sin embargo el tamaño del baño no nos daba mucho margen, viendo esto, Zandra se puso de rodillas y me dijo, “Papacito, te voy a bajar la calentura que traes”, y agarro mi verga empezando con la punta de su lengua a lamerme el glande, haciendo que sintiera una sensación muy rica, para después empezar a lamerlo por todo lo largo, como ya antes lo había hecho, durando así unos tres a cuatro minutos, yo le decía “sigue así, que rico”, solo escuchaba como gesticulaba “mmm, ha, qué grande se te puso”, con ese tipo de expresiones yo me calenté más y le dije “quiero que desde el inicio de mi verga empieces a chuparla y mírame a la cara”, lo que hizo sin chistear.
Al verla de rodillas, mamándome la verga y mirándome a la cara, me dio la sensación de tener todo el poder sobre ella, tenerla así arrodillada y en total acto de sumisión a mi antojo, siendo una mujer presumida y creída, hizo que me excitara demasiado sintiendo que iba a explotar, a lo que le dije “quiero dártelos en tu boca”, ella obedeció como una autómata, “no dejes nada, dámelos todos, quiero probarlos, ah, mmm”, me respondió, yo aprisione con mis manos su cabeza y le decía “comételos todos, no quiero que dejes nada, pruébalos, me voy, que rica estas, agg”, viendo cómo empezó a tragarlos sin decir palabra alguna, y me dijo “están garrosos, pero me gustaron”, “como que garrosos?” le pregunté, porque no entendía esa palabra, “si mi amor, están pegajosos” me dijo.
Después ...