1. Confesiones de medianoche


    Fecha: 27/07/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos

    Era noche de chicas, otros tiempos. Por fin un momento de diversión después de una larga semana en la oficina. Me reuniría con mis amigas tras largos años sin vernos. Lo teníamos planeado con semanas de anticipación.
    
    Muy entusiasmada, me envolví en un vestido divino de tirantes color azul profundo, con elegantes líneas color rosa pálido horizontales en las faldas de su caída de holanes. Me monté sobre unos tacones altos de un tono rosado más intenso, y para el frío, una cazadora de cuero. Sin embargo, debajo de todo eso, me atreví a ponerme una lencería de lo más erótica, de una sola pieza, encajes y trasparencias, como las que tanto me encantan. Todo era válido en esa noche especial.
    
    Ya por la tarde, a las afueras de un popular bar en el centro de la ciudad, esperaba recargada en mi camioneta asentada bajo la luz de una farola que ya comenzaba a atenuar las sombras de la noche. La primera en llegar fue Paulina, muy guapa ella, con su abundante cabello largo y ondulado el cual dejaba caer libremente hasta un poco por debajo de sus hombros. Caminaba sensualmente, entallada en un vestido ajustado color crema, cinturón y botas negras, unas muy lindas por cierto, eran largas y de tacón alto. Por encima de todo eso se abrigaba con una gabardina de un café oscuro.
    
    Nos saludábamos efusivamente, besos y abrazos, risueñas por encontrarnos nuevamente, cuando justamente llegaba Daniela. La única chica soltera de las tres. Apenas la vi en su vestido corto color amarillo de largo ...
    ... escote, morí de envidia. Se le veía hermoso delineando su esbelta silueta, enfatizando su cintura con ese precioso corte que dejaba una elegante caída desde sus caderas hasta sus largas piernas.
    
    Le quedaba perfecto, resaltaba en su piel canela y su cabello largo negro y lacio. No lo negaré, es una chica realmente hermosa, exuberante y sexy. Claro, es la más joven, debe ser unos cuatro años más joven que yo, quien por esos días tendría unos treinta y cuatro, a la vez, dos años menos que Paulina.
    
    Y las risas, más abrazos, y los coqueteos clásicos de chicas. Más tarde entramos al bar y la pasamos increíble. Bromeamos, platicamos, reímos y sí, también bebimos un poco. Recuerdo que unos chicos se nos acercaron e intentaron los suyo. Hicieron un buen esfuerzo, pero nada, esa noche era de nosotras y para nosotras, así que los mandamos a volar rápidamente. Sin embargo sirvieron de excusa para abrir el tema en torno a nuestras relaciones.
    
    Bien sabíamos que Paulina llevaba ya casi ocho años de casada, pero Daniela seguía soltera después de separarse hacía un par de años. Yo vivía con mi actual esposo, pero aún no había nada serio en ese entonces.
    
    -El chico rubio no estaba tan mal. –Nos decía Dani, como le decimos de cariño, acentuando una voz sensual y traviesa. –A mí me gustó más el moreno de los brazos grandes. –Confesaba Paulina ya con unas copas encima. -¿Qué hay de ti Nadia? -Me preguntaba Dani con una malévola sonrisa. –Mmm, ninguno. Ya están muy viejos, los prefiero ...
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