El culo virgen de mi cuñada (Parte 2)
Fecha: 28/07/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: AlonsoLima, Fuente: CuentoRelatos
Casi instantáneamente, luego que abrí sus nalgas y vi su culo virgen, mi cuñada las contrajo con fuerza. Me resultaba obvio que aún era virgen anal, lo que llevó mi excitación al cielo, pero, felizmente, entendí que debería ser muy cauteloso para obtener el premio de su culo intacto.
Me hice el desentendido cuando contrajo y cerró sus nalgas. La dejé hacer. Me acosté a su lado mientras ella seguía boca abajo y comencé a besar su cuello, mientras mis manos recorrían su espalda. Ella venía de un intenso orgasmo logrado sólo con mi lengua en su coño peludito y sólo se dejaba hacer sin una respuesta importante.
Tras unos minutos besuqueando y lamiendo su cuello, sentí que su respiración empezaba a acelerarse, lo que me dio motivo para que mis besos empezasen a ser más intensos y mis manos empiecen a bajar hacia sus nalgas. Decidí bien. Su respiración empezó a transformarse poco a poco en jadeos. En ese momento tuve la clarividencia de saber que si hacia las cosas bien, paso a paso, sin presiones, esa mañana me llevaría el premio mayor.
Me levanté y me acomodé casi acostado sobre ella, besando su espalda, jugando con sus nalgas con mis manos. Mis labios la besaban, mi lengua la lamia, mis manos iban aventurándose a su entrenalga. Poco a poco fui bajando sobre ella y mis labios y lengua ya recorrían su espalda baja, mis dedos ya recorrían libremente su entrenalga.
Decidí que era el momento y unte dos dedos de mi mano derecha de saliva y comencé a rozar su ano ...
... virgen, suavemente, hasta con ternura diría.
-¿Alonso, que haces? -Me preguntó con voz temblosa
-Sólo juego un poco, me gusta hacerlo
-¿Sólo vas a jugar así?
-Sí, sólo así voy a jugar.
Su silencio cómplice me dejó avanzar, mis dedos ya iban en círculos sobre su ano, ella gemía intensamente y empezó a exclamar sus “ay Dios mío” de señora casada, acostumbrada al sexo aburrido con su marido. Cuando escuché un “ay Dios miooo” que era ya un completo gemido de placer, decidí seguir avanzando. Me acomodé y tuve su culo virgen, virgen pero latiendo ya, al alcance de mis labios y mi lengua. Ella me volvió a hablar.
-No hagas eso Alonso, no está bien.
-¿Por qué no está bien?
-No se hace eso, no.
-Sólo te lo besaré y lameré, quiero hacerlo
-Bueno, hazlo.
Por un fetiche antiguo soy un hombre que disfruta más lamer coño y culo que penetrar. Pero esa es otra historia. En ese momento poner mi lengua en un culo virgen, puro, casto, limpio, pero latiendo de ansias, fue un momento de absoluta gloria. Puse mi lengua al centro de su orificio anal y desde allí comencé a recorrer sus pliegues suavemente, con ternura unos instantes, pero pronto con desbordada pasión.
Mi cuñada gemía y gemía, su “ay Dios mio” se intercalaba con muchos “ay, ay ay que rico” o “me gusta, me gusta sigue, sigue”. Sentí como su culo se abría para mí. Sin restricciones mi lengua empezó a sentir que la dilatación aumentaba. Sin dudarlo, empecé a usar también un dedo para completar mi trabajo ...