El culo virgen de mi cuñada (Parte 2)
Fecha: 28/07/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: AlonsoLima, Fuente: CuentoRelatos
... exploratorio.
Sin problemas lo pude introducir, mi cuñada sólo gemía sin parar. Cuando sentí que un dedo ya era poco, introduje otro y sentí una ligera contracción de dolor, pero ninguna queja o negación. Fui despacio, hasta que ambos dedos atendían, junto con mi lengua, el culo ya abierto de mi cuñada.
Tenía la verga reventando de lo tiesa que estaba y quería ya cogerla por el culo. Me levante, me la ensalive y me acosté sobre ella. Antes que ella hable le dije
-Lucía, te voy a coger por el culo.
-No por favor, Martín nunca me lo ha hecho por allí.
-Él no, pero ahora estás acá, conmigo, tú quieres y yo quiero.
-Me da miedo que me duela.
-Un poco quizás, pero lo haré despacio. Además, ya tuviste 2 dedos dentro.
-¿dos? Pensé sólo uno
No soy sicólogo, pero en ese instante, supe que así le doliera inmensamente, me iba a entregar su culo virgen. El culo que más de 20 años espero a mi hermano iba a ser estrenado por mí.
Me recogí y le unté mucha saliva en el culo. La volví a penetrar con mis dos dedos, que entraron sin problemas ni restricciones. Me acosté sobre ella. Comencé a recorrer su profunda entrenalga con mi verga y a jugar con su ano palpitante. Cuando escuché un nuevo “ay dios”, empecé a empujar y sentí como la cabeza de ...
... mi pene entró, fácilmente, pero ella gimió y dijo “me duele Alonso, me duele”.
La saqué y seguí recorriendo su puerta trasera con mi pene, al siguiente “ay dios” entré de nuevo. Volvió a gemir de dolor, pero no dijo nada. Me quedé con la cabeza ya dentro. Unos segundos largos, sin moverme, quizás minutos, fue un momento interminable.
El placer de romperle el culo a la esposa de mi hermano me estaba consumiendo. Me sentía todopoderoso y empecé a empujar. Ella gemía, pero no protestaba. Seguí empujando lentamente, avanzando centímetro a centímetro hasta que sentí toda la verga dentro de ella.
Le hablé al oído en ese momento. Le dije ya te la comiste toda. Ella volteó un poco y pude ver su cara golosa, de placer, pero lágrimas de dolor cayendo por su mejilla. Sabía que no había marcha atrás y que debía completar la misión. La besé y comencé a moverme. Lentamente, poco a poco. Ella comenzó a gemir y ya solo a disfrutar. Su culo era mío.
Cuando mordió mis labios le dije:
-eres una puta Andrea
-sí, lo soy.
-Eres una puta con el culo abierto
-Sí, lo soy.
En algún momento ella empezó a mover el culo y yo seguía horadándola, encontramos instintivamente el ritmo perfecto y con un “eres una perra de mierda” en mis labios, llegamos juntos.