Preñada en un basural
Fecha: 28/07/2023,
Categorías:
No Consentido
Autor: albertolobat, Fuente: CuentoRelatos
... me dé cuenta, me encuentro solamente en bombacha delante de ellos, atemorizada, esperando cómo seguiría esto.
—¿Qué dices tú, Rod? ¡Tiene unos melones de la ostia! —dice el segundo mirándome los pechos.
—Sí, sí Picha, vamos a darle y ya… Escúchanos bien perrita, si haces bien tu papel y nos satisfaces, quizás tengas alguna chance de vivir.
Sin otro particular, el llamado “Picha” me empuja hacia una esquina del callejón, repleto de porquerías y basura diversa. El miedo me atenaza, esperando lo que pasaría ahora… Rod se me acerca y me susurra al oído:
—Hace mucho que esperábamos esta oportunidad, si te portas bien te limitaremos a dejarte preñada como a una perra en celo, pero estarás viva, para cuidar a nuestra prole.
—Sí, sí, señor... —atino a decir muy temerosa.
Picha saca otra vez la navaja y corta con ella mi bombacha, quedando así completamente desnuda frente a los dos patanes. Me agarra y me coloca en cuatro, con las manos hundidas entre un montón de basura podrida. Siento como los facinerosos proceden a magrearme desde atrás, sus manos pasan por mis nalgas, mi entrepierna, me palpan bruscamente la conchita, mi agujerito anal. Pego un respingo cuando uno de ellos, creo que el tal Picha, me pellizca un pezón.
Estoy como perra sometida a ellos, esperando el primer embiste (¿de quién y en dónde?). En eso, uno de ellos me empieza a lengüetear con desparpajo las nalgas, cada vez más cerca de mi anito. Me entra un poco de temor, no estoy muy preparada ...
... por esa zona, digamos que soy virgen de esa región. La buena noticia es que si se conforman con una rápida penetración anal no correría riesgo de embarazo.
¡Plas! En eso, uno de los patanes me pega una importante nalgada que casi me hace saltar en cuatro, e inmediatamente después siento una lamida directamente en el ano, lo que se convierte en un fuerte beso negro. Me maldigo a mi misma cuando sin quererlo emito un pequeño gemido.
—¿Escuchaste Picha? En efecto, parece que está bastante deseosa la zorra esta…
Nuevamente maldigo mi debilidad, pero debo admitir que la situación de suciedad y de magreo continuo me generó algunas palpitaciones y excitación. Todavía el miedo era más fuerte, pero la repugnancia estaba dejando poco a poco paso a otra cosa…
En estas elucubraciones, siento que me escupen el ano, y con una mano empiezan a frotarlo. A continuación, una seguidilla de escupitajos en mi agujerito junto con algunas otras nalgadas, bastante fuertes por cierto; a esta altura mi cola debe estar roja como un tomate.
Oí un par de braguetas que se abren, yo estaba sin ver todavía, con la cabeza casi enterrada en la basura. “Ya llegó la hora” pienso. Un par de dedos se introducen entre mis nalgas para separarlas, pero oigo algunos murmullos de frustración, me imagino que la estrechez de mi ano los debe disuadir un poco. Pero no parecen gente que se rinda fácilmente. Prontamente unos dedos empiezan a escarbar el interior, metiéndose bien profundo en mis entrañas.
El ...