1. Madre hot: El enemigo en casa (1)


    Fecha: 29/07/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Alexandre, Fuente: CuentoRelatos

    —¡Hola, familia! Mirad a quién os traigo.
    
    Por un momento creí que mamá caía redonda allí mismo. Papá irrumpía eufórico en la casa arrastrando una maleta, y unos pasos más atrás... Bea, la novia del tío Edu.
    
    —Le han dado a Bea el alta médica en el hospital, y como iba a estar sola en el apartamento que comparte con mi hermano, he pensado que es mejor que pase la convalecencia con nosotros —añadió lleno de razón mi padre—. Aquí la cuidaremos debidamente.
    
    Efectivamente, Bea ya estaba prácticamente curada, solo mostraba un ligero vendaje en un brazo. Lo de las lagunas mentales, aún estaba por ver, pero todo indicaba que ya no era necesario su permanencia en el hospital. Allí quedaba solito en tío Edu. "Bueno, -pensé para mis adentros- mamá lo va a tener más fáciles en sus visitas. De las pajas y mamadas pronto pasará a cabalgar como una yegua encima de él. Confiemos que no le pongan un compañero de habitación, sino lo va a tener más complicado".
    
    Mamá abroncó privadamente durante un buen rato a mi padre por traer a aquella mujer a casa.
    
    —¿Y dónde va a dormir? —terció como remate de la discusión.
    
    —Muy fácil: en el cuarto de la niña. Esta que duerma contigo y yo seguiré durmiendo con Álex, como vengo haciendo desde que te colocaste el puto piercing.
    
    —¡Ya estás restregándome lo del piercing! Ya verás qué placer vamos a tener ambos con este artilugio maravilloso.
    
    —Serás tú la que disfrutes de él —respondió mi padre—. Porque a mí ya dirás qué voy a mejorar en ...
    ... mis polvos.
    
    —¡Qué ordinario eres! —añadió airada—. Ya te he dicho mil veces que nosotros no follamos ni echamos polvos; hacemos el amor.
    
    El calzonazos de mi padre se retiró resignado; era imposible discutir con mamá cuando se ponía digna. Pero el problema aún estaba por venir. Mi hermanita, caprichosa y consentida, se negó a abandonar su cuarto. Allí tenía sus cosas, sus peluches... y además su cama olía ligeramente a orines, pues la nena, por un problema de incontinencia emocional que estaba tratando con un sicólogo, de vez en cuando se meaba en la cama cuando soñaba con el coco. Y no era cuestión que la invitada se diera cuenta de esa circunstancia, que aún podía traumatizar más a la adolescente.
    
    Aquella noche papá dio mil vueltas en la cama. Estaba inquieto y no buscaba la paja o la felación que habitualmente me demandaba indirectamente. Pese a que ya refrescaba, los días que quería que lo aliviara, se acostaba a mi lado simulando dormir solo con el calzón puesto, bien erecto para que yo percibiese la señal, bien con la polla afuera o ya con el botoncito del bóxer desabrochado para que fuese más fácil todo.
    
    Aquella experiencia para mí era excitante y no sé quién de los dos disfrutaba más de la situación. Unas veces se corría en mi mano otras en la boca, pero algo me indicaba que él quería llegar más lejos (¿quizás penetrarme?). Como decía, aquella noche papi estaba muy nervioso y este desasosiego me lo estaba contagiando a mí. De repente, se levantó sigilosamente ...
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