1. Madre hot: El enemigo en casa (1)


    Fecha: 29/07/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Alexandre, Fuente: CuentoRelatos

    ... en la oscuridad.
    
    Los gemidos que salían de la habitación matrimonial que compartían mamá y Bea se percibían con nitidez. Asomó la oreja a la puerta y con cuidado la entreabrió. La lámpara de una de las mesitas de noche estaba encendida con un paño rojo de seda amortiguando la luminosidad. Lo que vio papá lo dejó petrificado, como me contaría más tarde. Mamá le introducía el dildo "mandingo" en la concha de Bea, que alcanzaba la gloria con las embestidas. ¿Cómo aquel mega consolador podía entrar y salir con tanta facilidad de aquel coñito apretado, casi infantil, de una presunta anoréxica? Mamá le chupaba con delectación los pezones.
    
    —¿Sientes sensibilidad en estas tetas siliconadas, gran zorra? —le susurraba mamá al oído.
    
    —Son senos auténticos, envidiosa. Sigue succionando, que ni tu cuñado me hizo sentir tanto placer. Y prepárate, que voy a por ti. Vas a gozar como una perra, tanto como él con la mamada que le hiciste el otro día.
    
    No tardó en "ir a por mamá". Después de correrse varias meces con el artilugio mecánico, Bea hundió su cabeza entre los muslos de mi madre y empezó a mamarle la panocha hinchada y jugosa. ...
    ... Reparó en el piercing cuya herida ya estaba casi cicatrizada y empezó a succionar el clítoris.
    
    —¡Más, más, más! —gritaba mi madre mientras papá desde su escondite ya babeaba semen por su pija erecta.
    
    Las dos mujeres —desatadas e insaciables —acabaron haciendo la tijereta y comprobaron cómo en el roce el piercing clitoriano proporcionaba el mismo placer a ambas. En medio de una mezcla se jugos vaginales las dos furcias se corrieron convulsionando de placer mientras se lamían los dedos de los pies, haciendo que el chirrido de los muelles de la cama se escuchasen en toda la casa. No puedo aguardar más. Me levanto y voy al encuentro de mi padre.
    
    —Espera a que tu madre caiga dormida, Álex —me dice mientras aprieta fuertemente su polla.
    
    Al poco entramos en la habitación. Mamá duerme profundamente acurrucada hacia un lado. El placer extremo de la experiencia lésbica y los somníferos la han dejado extenuada. Bea, todavía desnuda, sentada en la cama a la luz de la lamparita, limpia cuidadosamente el dildo. Papá entra y, sin mediar palabra, la coge en brazos y la lleva a nuestro cuarto. Yo los sigo en silencio.
    
    (Continuará) 
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