1. Paja materna


    Fecha: 01/08/2023, Categorías: Incesto Autor: Zona Morbosa, Fuente: CuentoRelatos

    ... cuenta de que no es mi madre y rápidamente me pongo la pantaloneta, tan rápido que dolió un poco. Era mi padre que venía a ver cómo me encontraba. Le expliqué todo lo que sucedió y se rio de la situación. Luego se fue para la sala a ver un partido de fútbol.
    
    Mi madre volvió con la pomada, e hizo que nuevamente me bajara la pantaloneta. Pensé que me daría la pomada para que yo mismo me la aplicara, pero vi que sacó un poco y me la empezó a untar. Ya me la estaba esparciendo por el muslo, así que no pude protestar. Lentamente se acercaba a mi pene, lo que me empezaba a poner muy nervioso, sentía que mi amiguito se quería despertar, por lo que cerré los ojos para tratar de pensar en otras cosas para distraerme.
    
    Pero pasó lo que tenía que pasar. Sentí el contacto de la suavidad de la palma de su mano en mi miembro, algo que hizo que inmediatamente abriera los ojos y digiera la mirada a ese sitio. Traté de contenerme, pero la erección era inminente, mi verga me había traicionado. Se me levantó una columna de carne, más dura que le cemento. Sin verle la cara a mi madre, dije:
    
    —Perdón, mamá.
    
    —Jejeje no hay problema, hijo. Es normal que cuando una mujer te toque el pene, tu cuerpo responda. De ser al contrario, pasaría algo similar. Además no pasa nada, mira que tienes una buena herramienta.
    
    Esta versión más conciliadora de ella, me calmó, pero también me puso más caliente que mencionara que también estaría como yo de ser la situación contraria y el hecho de que ...
    ... insinuara que tenía una buena verga, algo que era cierto.
    
    Sin embargo, lo mejor se venía. Apoyó uno de sus manos sobre la cama y con la otra empezó un lento masaje arriba y abajo, una paja lenta. Yo no la sentía como tal, hasta que comenzó a aumentar el ritmo de apoco. Ya sabía lo que estaba pasando, pero no si ella se daba cuenta. ¡Estaba pajeando a su propio hijo! Naturalmente tuve que decirle algo porque esto estaba siendo raro.
    
    —Mamá, ¿te das cuenta de lo que estás haciendo?
    
    —Sí, cielo, ¿no te gusta?
    
    —Pu-pu-pues sí, me gusta. Pero es que eres mi madre esto está mal —dije, con ganas de apartarle la mano—, mi padre podría entrar en cualquier momento.
    
    —Lo siento, pero es que nunca había tenido un pene tan grande a mi disposición. Me excita mucho. Y tranquilo, él debe estar concentrado viendo su fútbol, no creo que venga.
    
    De cierta forma, sus palabras me llenaron de confianza, así que la dejé que jugara un rato. Lo hacía bastante bien y a menudo me preguntaba si me gustaba, a lo que yo respondía que me encantaba. Estuvo un rato más pajeándome, mientras subía el ritmo, podía notar su dedicación y que de verdad se estaba esforzando. Mi respiración era cada vez más lenta.
    
    Luego de un rato, yo ya estaba que no podía más, iba a reventar y así se lo hice saber a mi madre. Al oír eso, aumentó más el ritmo. Hasta que no pude más y acabé. Primero salió un chorro potente, luego vinieron un par de chorros más, pero ya muy leves. Noté cómo mi semen bajaba por el tronco de ...