1. Me pagaron por sexo


    Fecha: 01/08/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: esperanza, Fuente: CuentoRelatos

    Dejé mi tarjeta en recepción por si alguien quería un servicio de masajes, a los tres días recibí una llamada. Era un botón del hotel diciéndome que un huésped estaba interesado en mis servicios. No era para darle placer por medio de mis manos, sino para satisfacerlo sexualmente.
    
    Inmediatamente me negué, ganaba buen dinero y no era necesario.
    
    Al otro día recibí un mensaje por whatsapp; ¿ya cambiaste de opinión? – no tengo por qué -le respondí. Sé que no eres escort, por eso le gustaste al cliente -dijo. Visualicé como sería esa escena y por un segundo me sentí como terrorista infiltrada que deja una bomba y se marcha como si nada; entonces acepté. Aparte me iba a gratificar cierta suma de dinero por estar dos horas con él, era la cantidad que ganaba haciendo siete masajes.
    
    Pensaba en el momento que entraba al hotel y me llenaba de morbo, temía por lo que el tipo me iba a pedir, no estaba dispuesta a hacer algo que no quería, yo ganaba mi propio dinero y esto lo hacía por diversión, no por necesidad. Entré al baño y me miré al espejo, apreciando cada centímetro de mi cuerpo; toqué mis pezones que son lizos y un lunar que tengo en el pecho, imaginando quién sería el hombre que se fijó en mí. Podía ser alto o bajo, de contextura gruesa o delgada.
    
    Abrí las piernas y consentí el tesoro que yacía, cogí un jabón en barra y empecé a frotarlo por toda la ranura. Sentí mucho calor y mis pezones estaban levantados, abrí la regadera y salió un chorro fuerte, aproveché y ...
    ... tiré la cadera hacia adelante; abrí mi vagina, coloqué el clítoris debajo del chorro y me quedé ahí unos segundos, con el jabón palpaba el orificio, cerré mis ojos y pensaba que era el pene del hombre que me había solicitado. Así estuve por unos minutos y me quise quedar con ganas para cuando llegara al hotel.
    
    Salí del baño y pensé en qué llevar puesto. Abrí mi clóset y entre mi ropa clásica y de colores opacos elegí un vestido rojo. Te preguntarás por qué mi ropa es así. No es que sea aburrida, sólo que me gusta hacer fantasear a quien me ve. Cuando veo un hombre luciendo un traje formal me imagino lo que esconde tras su bragueta y si es muy serio quisiera ver su entereza en un momento de faena. Igual pasa cuando veo una mujer y cubre sus curvas. Imagino ¿qué será lo que esconde?, ¡una mina ha de ser!, posiblemente si te llego a ver y estás vestido así voy a fantasear contigo, te voy a desnudar y haremos el amor o si eres una mujer que guarda su fortuna ganarás mi admiración; sabes que eres tan perfecta que no siempre se conquista con el cuero.
    
    Abrí el cajón de la ropa interior y saqué un panti blanco de seda que se metía por la ranura de mi vagina. Me senté en la cama y me miraba al espejo mientras me ponía los interiores. Me puse el vestido, cepillé mi cabello y me apliqué un labial claro. Me sentía tan hermosa, que me creía una motosierra capaz de tumbar cualquier palo.
    
    Llegó mi taxi y cuando salí de mi casa sentí que el panti estaba estimulando mi vagina. Iba ...
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