1. Me pagaron por sexo


    Fecha: 01/08/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: esperanza, Fuente: CuentoRelatos

    ... caminando hacia el carro y el conductor estaba mirándome. Lo saludé y me subí mientras sentía que el clítoris me brincaba por los malditos calzones. Salimos para el hotel y crucé las piernas, giré el cuello para que el conductor no viera mi expresión y disimuladamente empecé a hacer movimientos con mi cadera, refregándome con la silla. Rápidamente me salió un quejido.
    
    -¿Qué te pasa? -preguntó el chofer.
    
    -Recordé algo que se me olvidó -le respondí haciéndome la loca.
    
    Llegué al hotel y cuando entré varios me observaron, me sentí como “La rubia de vestido rojo con cara de niña buena”, tomé el ascensor y sentía que mi entrepierna estaba babosa. Levanté el vestido y metí mi mano, estaba encharcada y no sabía qué hacer con ese líquido, entonces recordé que alguien me dijo que el mejor perfume de una mujer es la sustancia de su propio clímax, sin pensarlo más lo apliqué tras mis orejas. Recordé que había una cámara y quizás el vigilante me estaba observando, sonreí y me sentí una sucia.
    
    Llegó la hora de enfrentarme con el tipo y un poco nerviosa toqué la puerta, me abrió un hombre bajito y de contextura gruesa. Lo miré a los ojos y me presenté. Respondiendo con un beso en el cuello y expresando lo bien que olía mi fino perfume. Sentados y tomando wiski, me contó que vivía en Estados Unidos y trabajaba para la NASA. Cuando me habló de mecánica newtoniana yo ya estaba en el espacio, no escuchaba sus palabras, sólo observaba sus gestos, sus manías y pensaba en qué me ...
    ... iba hacer. También me dijo que hacía tiempos no tenía sexo debido a que no tenía pareja y no le gustaba estar con cualquiera. ¡Hum me va dar como evangelista al timbre! -pensé.
    
    Me dijo que quería pasar un buen rato y asentí. Me senté en la cama y empezó a quitarse la ropa mientras yo esperaba que él me desvistiera, de repente se quedó quieto y callado.
    
    -¿qué te pasa? -pregunté.
    
    -No se me para -dijo.
    
    Sentí pena por él y le dije que se tranquilizara. Me tocó olvidarme de la cara angelical y saqué la mujer insaciable que llevo dentro. Estiré la pierna derecha para tocar sus bolas con la punta del tacón, tocaba mis tetas y lo miraba muy sedienta, aparte ya venía caliente desde mi casa; no me iba ir sin que me comiera y sin plata. Tenía que conseguir el objetivo, además el dinero cumpliría una de mis fantasías: sentirme una prostituta. Me paré y lo besé, lo hice sentir deseado. Le mandé la mano a su paquete, levanté mi vestido y le dije que me tocara, cuando sintió que estaba empapada se le empezó a parar.
    
    Le ordené acostarse y le di la espalda, mientras me quitaba el vestido rojo aproveché y me subí el panti, así mi bella vagina luciría sus dos labios. Me di la vuelta y Manolo apreció el diamante, su amigo reaccionó y se puso duro. Me senté encima de su verga y abrí mis piernas, coloqué dos manos atrás y refregué mi tesoro con su pene. Su cara parecía como un marrano estrenando lazo, si lo hubieses visto te estuvieras riendo conmigo en este momento. Corrí mi tanga ...