1. Metro, hora punta


    Fecha: 14/08/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Esautomatix, Fuente: CuentoRelatos

    ... notar un gemido, pero nadie mira, deben ser imaginaciones mías.
    
    Mientras le agarro la cadera con la otra mano, de manera firme, empiezo a mover mis dedos dentro y fuera, primero despacio y con un ritmo constante, para ir acelerando muy poco a poco después. Mientras tanto, le acaricio el clítoris con el pulgar, dibujando círculos que le hacen estremecer. Sigue sin volver la cabeza, pero echa una mano hacia atrás y la mete en mis pantalones. Me agarra, apretando un poco, y empieza a masturbarme. Debemos habernos vuelto locos los dos. Los dos de pie, en medio de tanta gente, ahora ya sin ningún tipo de pudor. Pero nadie mira.
    
    Ahora muevo mi otra mano y presiono un poco sobre su bajo vientre, acercándola más a mí. Meto un dedo más, ya son tres, y mi mano se transforma en garra, intentando estimular su punto G. Ahora noto cómo su respiración sigue mi ritmo, la controlo. Y dobla un poco las rodillas, dejándose caer sobre mi mano. Mientras tanto, continúa masturbándome, moviendo su mano a través de toda mi erección, desde el glande a los testículos. Estoy tan excitado que sé que no podré aguantar mucho ...
    ... más. Pero ella tampoco... empiezo a notar el inicio de sus contracciones, y entonces le doy varios toques rápidos en el clítoris con los dedos de la otra mano, mientras continúo presionando con la palma sobre su vientre. Suspira, se encoge un poco, y de verdad que noto en todo mi cuerpo cada uno de sus espasmos. Entonces aprieta un poco más su mano sobre mi miembro y yo también me voy, de manera simultánea.
    
    Llegamos ya a una de las estaciones principales y va a salir bastante gente. Ambos sacamos las manos, y veo que se recompone la falda y echa a andar hacia la puerta, llevada en cierto modo por la multitud. Y se va sin mirar atrás. Al final no le he visto la cara y supongo que no la volveré a encontrar... pero lo que ha sucedido es increíble.
    
    Estoy completamente manchado por dentro de la ropa, pero hasta ahora no había podido ni pensar en esta consecuencia. De repente me veo oliendo y chupando mis dedos, de manera inconsciente. Sabe a gloria y se me escapa una sonrisa. Y entonces veo a dos señoras a mi lado mirándome con mala cara. ¿Nos habrán visto? Mejor me voy a bajar en la siguiente parada... 
«12»