Todas las vergas duras solo para mi
Fecha: 15/08/2023,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... que ya estaban y yo, también si es posible, más caliente aún.
Descansé la octava, que ganó Jimena, única que jugaba para ganar. Karla, alta, delgada, guapísima, bailó ante ellos mientras Luisa se quitaba los pantalones. Cuando Jimena ganó la novena entrada pensé que estaba a punto de lograrlo. Luisa se quitó el bra y mostró sus excepcionales melones, sueño maternal de todos ellos que, no obstante, también miraron con hambre cómo me sacaba las empapadas pantys mostrando mi peluda concha. 🥰
La 10ª entrada fue para Karla, así que yo sentía tocar el cielo. Nadie peló que la Jimena se quitara el pantalón porque yo, totalmente en pelotas les mostraba el culo en popa, la panocha abierta, la mano acariciándome, en fin, que yo estaba a punto de turrón, ellos también, y la Karla y la Luisa también un poco moviditas, je, je.
Pero las malditas jugaron juntas contra mí la 11ª ronda, última mía (y que descansaba Jimena), así que gané (es decir, perdí), y Karla besó a los chicos mientras Luisa bailaba ante ellos y yo, disimuladamente, me acariciaba, porque la escena era digna de un Oscar. Durante la última entrada seguí acariciándome, hasta alcanzar un orgasmo silencioso. Por supuesto, ganó Jimena, así que tocó a Luisa besar a los chicos y a Karlita quedar en pelotas, con el coño al aire.
Luisa los besó rápido, porque apenas acabando de hacerlo, dijo:
Era verdad: aunque perdí más manos que ellas, en puntos quedé muy, muy cerca de Karla, pero de todos modos era la ...
... perdedora o ganadora. Mis queridas Karla y Luisa salieron, mirándome con ojos entre malos y divertidos. Creo que las muy putas sabían bien que no me conformaría con masturbarlos.
Yo me acerqué a los cinco chicos y con unas tijeras, rompí, uno a uno, sus calzoncillos.
No. No les importaba.
Empecé por el primero de la izquierda, llamémosle Abraham. Tenía una vergota como de 20 centímetros, blanca, curva, muy peluda en la base, delgada, que acaricié con mis dos manos, sopesé, medí, sentí cómo palpitaba y lo masturbé con cuidado al principio y violentamente después. No podía hacer solo eso. 😈
La concha me ardía y sentía un conocido desasosiego en todas mis entrañas. Cinco pares de ojos masculinos admiraban mi desnudez mientras cuatro palpitantes vergas esperaban mis manos a falta de otra cosa mejor.
Dejé a mi mano izquierda alrededor de la verga de Abraham haciendo movimientos casi mecánicos y llevé la derecha y la atención al segundo chico, Braulio, cuya gruesa y corta verga estaba tan necesitada que se derramó en menos de dos minutos, casi al mismo tiempo que Abraham. 😃
Me limpié las manos con la camisa de uno de ellos y me coloqué entre los tres, pues me acababa de formar un nuevo plan, al calor de sus vergas. Con la mano izquierda empecé a sacudir la de Carlos, el tercer chico; con la derecha, atendí a Ernesto, el quinto; y llevé mis labios a la voluminoso y sonrosado glande de Daniel.
Mientras mis manos trabajaban mecánicamente, mi lengua acariciaba todo el ...