1. Luisa la esposa de Carlos: Sexo anal en el carro


    Fecha: 16/08/2023, Categorías: Infidelidad Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos

    ... y ella la agarró con sus manos, me la acarició y se agachó, comenzó a mamármela, sentía muy rico y ella parecía que lo disfrutaba mucho, lograba escuchar los sonidos de la saliva y la succión que le hacía a mi verga.
    
    L: ¡Oh, ¡Luisa, uhm, que rico!
    
    Luisa: ¡Me encanta tu vergota!
    
    En ese instante, me solté y abrí la puerta de atrás de su auto, la metí en la parte trasera y la acomodé en el sillón, me acosté a su lado y la empecé a besar, con una mano le acariciaba las tetas y con la otra comencé a sobarle su panochita.
    
    Estaba muy mojada. Escurrían chorros de su flujo en su panochita… no se la había conocido antes, tenía arreglado el vello púbico, de triángulo y estaba suave.
    
    Empecé a masturbarla y no dejaba de besarla y acariciarla, ella empezó gemir.
    
    Luisa: ¡Si, así Luis, méteme tus dedos, ah!
    
    L: ¡Luisa, que rica vagina, uhm!
    
    Le metí dos dedos en su vagina que resbalaban suavemente, y empecé el mete saca son los dedos, ella gemía más y más, entonces metí un dedo por su culito y ella gimió más… Le estaba gustando y logre sentir como me apretó los dedos con su vagina y se le vino un orgasmo placentero.
    
    Luisa: ¡Ah!! ¡Así mi amor, que rico, ah!
    
    L: Si, ¡córrete amor!
    
    En ese instante me levanté y me bajé los pantalones, le apunté mi verga en su vagina y de un solo golpe se la metí hasta el fondo.
    
    Luisa: ¡Ah! Así que rica verga! mmm así muévete más!! Así que rico, ¡ah!
    
    L: ¡Ah, nena, uhm, que rico aprietas!
    
    La embestía fuerte, le besaba su ...
    ... boca y mordía sus ricas tetas, no me importaba ser un traidor, estaba gozando de lo lindo a la esposa de mi amigo Carlos.
    
    Luisa: ¡Ah, si api, ah, me voy a venir, agh!
    
    L: ¡Ah, que rico nena, ah!
    
    Yo seguí cogiéndola y como aun no terminaba, aproveché para hacerla mía de todas partes. Así que se acomodó en el sillón de lado y lo aproveché para poner mi verga en la entrada de su culo, sus manos estaban apoyadas en el sillón y me dijo:
    
    Luisa: ¡No por el culo no! ese está reservado para mi marido!
    
    Pero yo estaba poseído por la calentura y solo recargué mi cuerpo en el suyo… y mi verga se metió poco a poco…
    
    Luisa: ¡Mmm, ah, uhm!!
    
    L: ¡Oh, Luisa!!! ¡Que rico culo, uhm!!
    
    Empezó a pujar y pujar, mi verga entró rápidamente y comencé a cogérmela, con el vaivén del meter y saca, disfrutaba su hermoso culo.
    
    Ella gemía, sentía su culo apretadito y no tarde mucho en que sintiera mi espasmo de una corrida tremenda. Por unos segundos pensé si podía terminar dentro de ella, me acordé que mi amigo (su esposo) si terminaba dentro, así que me vacié dentro de ella con chorros de semen.
    
    L: ¡Ah, Luisa, ¡que rico culo!
    
    Luisa: ¡Luis, uhm!!!
    
    Cuando terminé, ella se acostó en el sillón y yo encima de ella, la besé suavemente y la acaricié, ella me miró y me dijo que era malo, que me había dicho que por ahí no, que esa noche tendría sexo con su marido y que a lo mejor puede enterarse que se la cogieron por el culo, le dije que no tuviera pendiente, que le dijera que estaba ...