1. Cogida por mi jefe en la oficina


    Fecha: 20/08/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos

    Ricardo, mi jefe, es un hombre de unos 55 años, más bien canoso, alto, fornido y con una incipiente barriguita que tanto morbo me había dado siempre.
    
    Una mañana entra en su propio despacho, pero no se sorprende al encontrarme ahí, me sorprende él a mí, tomándome de la cintura y baja lentamente hasta mis nalgas, apretándome con fuerza.
    
    Para esos momentos yo ya me había dejado llevar por lo excitante de la situación, Ricardo sube hasta mis pechos, y me los acaricia lentamente, mientras poco a poco ya se va notando por encima de mi blusa mis pezones súper erectos.
    
    Los sigue acariciando con maestría, y me dejo llevar, la excitación me había dominado, siempre vi como Ricardo me miraba, pero jamás pensé que esto pasaría.
    
    R: ¡Uhm, que ricas tetas!
    
    C: ¡Ah!! Qué tienes?
    
    R: ¡Nada, solo que ya no aguanto más!
    
    Yo empiezo a acariciarle el abdomen y voy bajando tan lentamente como él antes lo había hecho, hasta encontrarme con un enorme bulto, tan duro que me quitó la respiración.
    
    C: ¡Ricardo!!!
    
    R: ¿Te gusta?
    
    De repente su lentitud y suavidad se trasforma en frenesí y de un manotazo me arranca la blusa, dejando al aire mis pechos blanquitos y de pezones claros y completamente duros.
    
    R: ¡Dios, que rica!
    
    C: ¡Oh, Ricardo!!!
    
    Me los beso apasionadamente y lame con todo su ímpetu, yo no puedo dejar de suspirar profundamente, me abre las piernas y me apoya encima de la mesa del despacho, me quita los jeans y la tanguita rosa, ya completamente mojado, y ...
    ... empieza a lamerme mi conchita como nunca, jugueteando con mi clítoris como un auténtico desesperado.
    
    C: ¡Ah, uhm, dios mío!
    
    R: Que deliciosa concha, ¡uhm!!
    
    No podía creer que estaba en su escritorio abierta de piernas y recibiendo un rico oral, uno que me tenía con los ojos en blanco, él era un maestro con su lengua, se notaba su experiencia, a pesar de ser tan bonachón, lo hacía muy bien.
    
    C: ¡Ah, que rico, uhm, dios!!
    
    R: Uhm, jamás me había comido una concha tan rica, ¡ah!!!
    
    C: ¡Oh, me voy a venir, ah!
    
    R: ¡Uhm!!!
    
    No pude resistir más, la excitación me dominaba, mi cuerpo estaba en el éxtasis y me vine, teniendo un fenomenal orgasmo.
    
    Al darse cuenta, paró repentinamente, ladeó la mesa del despacho y se sienta en su sillón, lo sigo, me agacho y me meto la punta de su enorme verga en la boca, la saboreo lentamente y me la meto enterita de golpe.
    
    C: ¡Uhm, que grande!!
    
    R: ¡Oh dios, Cindy!!
    
    El ritmo se va acelerando y él empieza a acompañar mis movimientos con los suyos, me devoraba su carne, él continuaba moviéndose y gimiendo como loco.
    
    R: ¡Ah, si chiquita, así, ah!
    
    C: ¡Mmm, agh!!!
    
    Cuando noté que iba a venirse me aparté y él se enfadó, pero quería hacerle “sufrir” un poquito, el con respiración agitad me reclama, pero yo aún quería gozar un poco más.
    
    Le hago señas de que se levante y se viene conmigo hasta el sofá del despacho, se sienta y a mí me encanta saltar encima de una verga, así que sin pensármelo dos veces me siento encima de ...
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