Cogida por mi jefe en la oficina
Fecha: 20/08/2023,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos
... él, me la clavé y empecé a saltar, arriba y abajo, primero suavemente, luego en círculos y cada vez más rápido.
C: ¿Ah, te gusta jefe?
R: oh, que rico te mueves, ¡uhm!
Mis pechos saltando y él me los acariciaba, mordía y empezó un arriba y abajo frenético, apretaba mis nalgas con desesperación, yo continuaba saltando, sabía que pronto se correría, pero él me pido me levantara.
Yo lo obedecí y me pidió me pusiera en cuatro y así lo hice, él estaba encantado de tenerme así, abría mis nalgas y metía su verga en medió, masajeándose mientras me acariciaba la cabeza, de pronto empezó a ensartármela, era muy rico, la tenía muy grande y gruesa.
R: ¡Que ricas nalgas, uhm, ya quería cogerte!
C: Lo sé, ¡ah! ¡Notaba como me mirabas!
R: Es que estas buenísima, ¡por eso te contrate!!
C: ¡Ah, eso también lo sé!
Ricardo me embestía con fuerza, yo jadeaba y me movía en círculos, él tomaba impulso y a gran velocidad me ensartaba una y otra vez, mis nalgas chocaban con su pelvis, él seguía festejando en tenerme ...
... así.
R: ¡Ah, sí, uhm!!
C: ¡Ah, uhm, Ricardo, ah!
Yo sabía que sus embestidas no durarían más, así que me moví como toda una perra en celo, él no toleró mis movimientos y comenzó a gritar de placer…
R: ¡Ah, que rico, ah!
C: ¡Ah, así, métela métela!
R: ¡Me vengo! ¡Me vengo!!!
C: ¡Sácala, ah!!!
¡Que orgasmo!! El me lleno mi coño de semen, ambos jadeamos y gemíamos de placer, éramos dos animales en brama, el quedo encima mío, mientras por mis piernas escurría su cálida leche.
R: ¡Eres la mejor!
C: ¡Jefe, déjame limpiarte!
Como toda una puta, bajea limpiarle su verga, la devoraba succionando sus fluidos y los míos, él se retorcía, el placer que le generaba era inmenso y yo también disfrutaba de cómo su verga perdía su dureza en mi boca.
R: Ah, te ganaste tu aumento, ¡uhm!!
C: ¡Gracias jefecito!
Me volví su puta durante el tiempo que trabajé ahí, todas las mañanas me cogía en su despacho y a veces nos quedábamos hasta la madrugada, fornicando como buenos amantes.
¡Con cariño, Cindy!!