Un fin de semana de mucho placer (2/2)
Fecha: 21/08/2023,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: John18, Fuente: CuentoRelatos
De Mariana se puede decir que estudió Historia en la mejor universidad de México, que sus padres eran divorciados y aunque expresaba mucho amor por ambos, siempre se sintió abandonada por los dos. Ella reconocía que le dieron todas las comodidades y aunque se sabía afortunada, nunca les perdonó que volvieran a casarse y que tuvieran más hijos con sus demás parejas. Mariana confesaba que le era difícil hacer amigos y que le resultaba casi imposible llevarse bien con las mujeres. Tenía una hermana menor a quien veía como a una hija y por quien siempre se preocupaba. Su hermana era casi de mi edad, 13 años menor.
Cuando la luz del sol empezó a filtrarse por las persianas de mi habitación, despertamos envueltos en las sábanas blancas y abrazados, con nuestros cuerpos desnudos expuestos al calor que ya empezaba a sentirse por aquellas horas de la mañana. Tomé el reloj que había dejado sobre un mueble de madera alado de la cabecera de la cama y vi la hora por última vez, pasaban las 10 de la mañana.
-Sabes, desde aquella vez en la cafetería he notado que siempre estás al pendiente de la hora, eso está mal, eres muy joven para preocuparte tanto por el tiempo.
-Ya me lo han dicho, es un hábito, parece que tengo prisa o que me preocupa algo, pero no es así, me ayuda a tener control.
-¿Control?, ayer me hiciste subir porque se te hizo tarde en el trabajo y no estabas listo para irnos, además ¿qué control vas a tener tú del tiempo? Dame ese reloj, te haré un favor y te ...
... lo devolveré cuando me vaya.
-Bien, toma mi reloj y también mi celular, vamos a desconectarnos por completo del tiempo, abre el cajón del mueble de madera y pon ahí también tu teléfono.
Empezó a reírse nerviosamente y finalmente accedió, aunque me pidió cinco minutos más para hacer una llamada que después supe fue para su hermana menor. Mariana se levantó de la cama, se puso las bragas y tomó mi camisa para ir al sanitario. Todo le quedaba bien, cualquier prenda que vistiera la hacía ver hermosa. Me levanté y fui a la cocina a buscar algo para comer, empezaba a tener hambre y no sabía cuánto tiempo más estaría ella en mi departamento. Tomé un vaso de agua y encontré dos rebanadas de pizza en el refrigerador.
Mientras metía la pizza al microondas y me hidrataba, escuché el ruido de la regadera y el agua cayendo sobre los mosaicos y el cuerpo de Mariana. Me acerqué a la puerta sigilosamente y escuché su voz muy baja cantando una canción: "¿Bailas? / Cenicienta de porcelana / Encerrada en tu piel intacta / Vendida en propiedad / A un señor de edad / Perfumada y compacta".
Abrí la puerta temeroso de ser muy invasivo y cuando ella vio mi silueta dibujándose a través del cancel, corrió una de las ventanas y con una sonrisa me dijo:
-Es Serrat, uno de mis compositores favoritos, la canción se llama "Cenicienta de Porcelana".
Tendió su brazo y me agoró de la mano, jalándome hacia ella. Me quité las dos prendas que me había puesto para ir a la cocina y empezamos a ...