1. Mi hermana, mi ama 2


    Fecha: 29/06/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... correrme. No puedo permitir que me pase lo que esta tarde con mi madre. Suelto las tetas para incorporarla y seguir con los besos… Sigue masturbándome, llevo mi mano a su muslo, acaricio, deslizo los dedos por su piel hasta llegar a… — “¡Hostia! ¡Redeu! ¡No pòrto calçes! ¡La mare que va!” — No llevaba bragas. Mis dedos entran en una selva, una maraña de pelos empapados. Llevo la mano a mi nariz, huelo a mar, es un aroma embriagador. Pienso en los olores de mi hermana, los de madre, este es distinto y me gusta. Quiero comerle el coño ¡Ahora! La muy zorra parece haber leído mi pensamiento, se deja caer de espalda sobre el banco, sube las piernas. Aunque no puedo verlo bien, sé que su gruta está dispuesta a ser lamida y chupada. No pierdo el tiempo, mi olfato me guía hasta las profundidades del gran coñón, porqué lo tiene grande, hundo mi cara en la brecha, abierta, mojada… La lengua castiga la línea desde el orto hasta el monte de venus, mordisqueo los muslos, cerca de las ingles. Gime, balbucea palabras inconexas, mis manos suben hasta apoderarse de las magníficas tetas y pellizco los pezones hasta obligarla a gritar, pero no me detiene. Mis dientes mordisquean el clítoris, que es grande, sobresale de los labios como el mascarón de proa de un navío. Lola se estremece, grita, grita muy fuerte, golpea la mesa, vuelca los vasos, cae sobre mi espalda el líquido y el hielo de las copas, pero sigo, hasta que me coge por el pelo para apartarme de su tesoro, espera unos segundos y ...
    ... empuja de nuevo, excito el botón, del tamaño de un garbanzo gordo, me retira, me atrae, una y otra vez… Así hasta que me aleja de ella y cierra los muslos. — ¡Joder Miguel! ¿Qué me has hecho? — Me dice con un gran suspiro. — ¿Yo? Nada ¿Por qué? — Vaya corrida, tío, en mi vida me han dado tanto gusto. — ¿Ni yo?… ¿Entonces conmigo que hacías? ¿Fingir, puta? — Lina estaba plantada a mi lado. No me había percatado de su presencia hasta ahora. — Y lo peor es que me habéis puesto cachonda. ¿Me hacéis un dedito? Con eso me conformo, Lola, por favor… — Suplicaba la chica. — Ven putilla, déjame que te lo coma. Tiéndete aquí — Le dice Lola con cariño. Lina sube la falda, baja sus bragas, las aleja de un puntapié y se tumba en el otro banco. Lola se tiende sobre ella, oigo el ruido de sus bocas besándose. Mi verga esta tiesa. Lola se repliega, a cuatro patas, sobre Lina para comerle su coñito, aparto la falda subiéndola hasta la cintura, me sitúo tras ella y penetro el horno chorreante en que se ha convertido su coño. No recuerdo cuanto tiempo estuvimos, pero sí los orgasmos que nos prodigamos los tres. La entrada de clientes al local rompió el embrujo del momento. Lina se colocó la falda, sin bragas y atendió a dos hombres que se sentaron en una mesa en el otro extremo del establecimiento. Lola se levantó para ir a los servicios y asearse un poco. La seguí. No dejó que entrara en el de señoras, aunque lo intenté. Esperé, en la barra, a que terminara. Lina nos invitó a las copas y nos ...