1. Mi hermana, mi ama 2


    Fecha: 29/06/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... labios. El tipo me mira con muy mala hostia… Sostengo la mirada, desafiante, aunque por dentro estaba temblando… Esperaba una reacción violenta, por parte suya, menos mal que me equivoqué. Agachó la cabeza y se fue. La chica, al quedarnos solos, encaramó su pecho en la barra para acercarse a mí y me dio un piquito en los labios. Mi corazón se me salía del pecho. — Me llamo Lola, ¿Y tú? — Miguel. ¿Hasta qué hora estas aquí? — Salgo a las diez, pero luego voy a un bar de copas, donde trabajo, hasta las tres o las cuatro de la madrugada. Mañana tengo la noche libre. Ven a buscarme, a las diez aquí. — No faltaré. Te lo aseguro. Me apoyé en la barra para alcanzarla, ella se acercó y me dio un beso, de tornillo, que aún recuerdo. No era la primera vez que me besaban, pero la dulzura de sus labios, su lengua entrando en mi boca. Fue fantástico. En ese momento entraron mi hermana y su acompañante. Lidia hizo las presentaciones, me despedí de Lola y nos marchamos al apartamento de Oscar. Por el camino mi hermana, se reía. — ¡Vaya con mi hermanito! ¡Es todo un Casanova! ¿Te has dado cuenta Oscar? ¡Como lo miraba la camarera…. ! — Venga ya, déjate de cachondeo — Dije ruborizándome. Oscar se reía. Llegamos al apartamento, casa típica de playa de los años veinte, reformada para alquilar. Es interior, sin ventanas. Los muros gruesos, típicos de las construcciones antiguas, magníficos aislantes acústicos. Podíamos gritar sin que nadie oyera nada. — ¿Qué queréis beber? Como veréis el bar ...
    ... esta surtido. — Yo quiero un “barrejat”. Lidia me mira extrañada. — ¿Y eso qué es? Oscar se lo aclara. — Es una bebida típica de aquí. Mezcla de aguardiente y mistela. Pega fuerte ¡Eh! — Ya lo sé, ahora lo necesito. — ¿Por qué? ¿Qué piensas que te vamos a hacer? — Dice Oscar con una sonrisa maligna en los labios. — No lo sé. Pero puedo imaginarlo — Me eché a temblar. Lidia también sonreía. — ¿Y no te gusta? ¿Qué te imaginas? — Ya veremos. Los dos sonríen con malicia, Oscar me da la copa y se sienta frente a mí, junto a mi hermana. Empiezan a besuquearse. El acaricia su muslo y sube, levantando la faldita, hasta alcanzar el triangulito blanco de las braguitas. Pasa un dedo por el borde y lo aparta, ella se abre de piernas, ofreciéndome la vista de su vulva acariciada por los dedos de su jefe. A pesar de haberlo visto tantas veces, en esta ocasión parecía distinto, nuevo, me excitaba ver aquellos labios, los pelitos alrededor. Oscar me invita, con un gesto a sentarme al otro lado de mi hermana. Al levantarme no puedo ocultar la erección que empuja con fuerza los pantalones, hasta producirme dolor y que me obliga a colocármela bien, con ese gesto que a tantas mujeres desagrada, pero necesario en esas circunstancias. Tomo asiento a la izquierda, Lidia coge mi mano para colocarla sobre su pecho; siento como, a través de la tela, su pezón se endurece. La muy zorra sabe que me encantan sus tetas. Oscar sigue masajeando su sexo, ella se gira hacia mi cara para mordisquear mis labios, ...
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